MV AGUSTA F4RC

Excelencia mecánica.

La necesidad de homologación para el Mundial de Superbikes, ha animado a MV Agusta a regalarnos una versión aún más exquisita de su F4RR, la Reparto Corse. Una serie limitada de 250 unidades que comparte los colores de la moto de Leon Camier, paladín de la marca en esta competición.

Con la llegada del nuevo reglamento de SBK, en el que se han reducido drásticamente los cambios que se permiten realizar sobre la moto de origen, todas las marcas empeñadas en este campeonato se han visto obligadas a poner al día sus hiperdeportivas para poder contar desde el principio con un conjunto competitivo. Este ha sido el caso de MV Agusta, que partiendo de su F4RR ha creado una de esas motos que será el  salvapantallas de muchos aficionados y que solo 250 afortunados tendrán la posibilidad de elegir los números que lucirán sus carenados, una opción más a la que tendremos acceso tras desembolsar los casi 37.000 euros que cuesta esta bella italiana.

 

Carrocería de lujo.

Como ya hemos mencionado, los carenados de la F4RC lucen los colores del equipo oficial de la marca en el Mundial de Superbikes. Este es el segundo año que compiten y cuentan como único piloto al británico Leon Camier. Como la moto de éste, se ha combinado una base en blanco con zonas en rojo y verde, sobre la que aparece la publicidad de su único sponsor y accionista estrella, AMG: la división deportiva de Daimler-Benz. Están fabricados en fibra de carbono y mantienen las líneas dibujadas hace más de quince años por el recordado Massimo Tamburini.

Su escultural depósito de gasolina está totalmente integrado con el carenado, puede albergar hasta 17 litros y gracias a su diseño, las rodillas como los codos del piloto encuentran un buen acomodo frente a la resistencia del aire. Otro detalle digno de mencionar y propio de una moto deportiva es que lleva incorporados sus intermitentes en los retrovisores y el soporte de la matrícula, lo que simplifica mucho su retirada una vez se entra en circuito, donde obviamente no tienen utilidad alguna.

 

Lucha contra la báscula.

La nueva F4RC va equipada por una versión aligerada del cuatro cilindros de 998cc «Corsa Corta» de la marca. Este impactante nombre viene dado por la cotas de sus cilindros, que tienen un diámetro de 79mm y una carrera de tan solo 50,9mm. Está montado a mano y como es tradición va equipado con válvulas radiales que en este modelo son accionadas por un solo muelle por unidad lo que ayuda a que este propulsor gire a 13.600rpm cuando alcanza su máxima potencia: 212cv en configuración circuito, siete caballos más que los que alcanza sin la centralita específica para pista y el excepcional escape Termignoni, fabricado en titanio. Ambas delicatessen son entregadas junto a la moto en una «cajita» chulísima que incluye también un cubre colín en carbono para sustituir el asiento del pasajero, unas tapas en ergal para tapar los agujeros que quedan al retirar los retrovisores, un tapón rápido para el depósito de gasolina y una bonita funda… sibaritismo puro y duro.

Volviendo al motor, este ha sufrido una profunda revisión en la que se han aligerado al máximo todos sus componentes internos de acero, como el árbol de levas, pistones o el cigüeñal. Además este régimen de adelgazamiento ha incluido el montaje de numerosas piezas fabricadas en magnesio, ejemplo de ello son el embrague, el cambió extraíble o las propias tapas de culata y cárter, y otras de titanio, como toda su tornillería, que pesa 1.100 gramos menos que la estándar. En definitiva, una auténtica lucha contra la báscula propia de la alta competición que con el mencionado kit coloca el peso en seco de la F4RC en tan solo 175Kg.

 

Ciclo de escándalo.

Si por algo se ha caracterizado la firma de Varese es por cuidar sus partes ciclo, y en su F4RC no podía ser menos. El chasis es similar al de todas sus hermanas, está compuesto por un entramado de tubos de acero CrMo soldados a mano mediante TIG y dos pletinas de aluminio en su parte inferior, que lo unen a su espectacular basculante. Éste es un monobrazo fabricado en aluminio al que se puede variar el eje de pivote y que deja a la vista la ligerísima llanta trasera, que en este caso, como la delantera, es de aluminio forjado y tiene un diseño de triple tridente

Como toda deportiva extrema que se precie, se ha prestado especial atención a la amortiguación y los frenos. La primera, esta compuesta por material suministrado por el especialista sueco Öhlins, incluye una horquilla NIX-30 con regulación de la compresión y extensión por separado, en la barra izquierda y derecha respectivamente, y de precarga; amortiguador TTX-36 con piggyback, donde se alojan las dos roscas que actúan sobre la compresión y extensión; y el necesario amortiguador de dirección. Es destacable, que a diferencia de otras marcas que apuestan por una gestión electrónica de la amortiguación, en MV Agusta se ha preferido prescindir de ésta, buscando ahorrar un poco más de peso. En el apartado frenos, Brembo se ha encargado del tren delantero, con dos  pinzas radiales monobloque M50 y discos de 320mm de diámetro; y la japonesa Nissin ha puesto la pinza axial de cuatro pistones que se monta detrás con disco de 210mm. Este efectivo equipo se completa con un ABS, que incluye un sistema para controlar la elevación de la rueda trasera en las frenadas fuertes, firmado por Bosch.

Resumiendo, la alta competición sigue siendo a día de hoy el motor de la evolución en el mundo de las dos ruedas, y cada vez antes, la calle disfruta de los avances que se logran en los circuitos, esta moto es una demostración. Una de las causas ha sido y es la electrónica, también presente en esta moto de manera evidente, gracias a su paquete MVICS 2.0 (Motor & Vehicle Integrated Control System) que incluye entre otras ayudas: Ride-By-Wire, cuatro mapas de motor, control de tracción regulable en ocho posiciones y cambio electrónico EAS 2.0. Toda esta electrónica facilita bastante las cosas a los no profesionales a la hora de acercarse a este tipo de motos, que en este caso supera holgadamente los 200 caballos, pero no nos confundamos: estamos ante una auténtica pura sangre, que además de ser exclusiva por su precio lo es por sus prestaciones lo que obliga a cierta destreza para usarla… No todo va a ser dinero.


Texto: Manel Hospido
Fotos: MV Agusta.