La Harley Davidson FXDR 2019 une el chasis Softail de última generación con un subchasis y basculante de aluminio y el poderoso Milwaukee-Eight 114.
La llegada de las nuevas Softail el pasado año 2017 supuso la retirada de las Dyna y V-Rod del catálogo de Harley Davidson. El nuevo chasis, bastante más rígido y capaz que los anteriores, abría la posibilidad de ocupar el lugar dejado por estos modelos con un único cuadro, optimizando la producción y reduciendo costes. Así, las Low Rider, Fat Bob o Street Bob han pasado directamente a montar el chasis Softail mientras que para sustituir las V-Rod se ha necesitado un nuevo modelo, la Harley Davidson FXDR, una moto que con el mismo motor que el resto de los Big-Twin, además del ya mencionado chasis, consigue poner al día el concepto “Power Cruiser” que tan bien defendieron las extintas V-Rod.
Mucha pegada
Es verdad que Harley Davidson nunca se ha caracterizado por los caballos que entregan sus motores. Para ellos son importantes otros parámetros como el par motor, estética, sonido y cómo no, el carácter. En el caso de la FXDR, el propulsor elegido es el Milwaukee-Eight 114. Se trata de un bicilíndrico de 1.868 cc, refrigeración aire, con cuatro válvulas por cilindro, que ofrece un par de 160 Nm a tan solo 3.500 vueltas. Tuve la oportunidad de probar este mismo motor en una Fat Bob y es de lo mejor que he llevado, mezclando toda la tradición Harley con un tacto moderno y unos consumos en torno a los 5,4 litros.
Acompañando tan impresionante bloque motor se ha montado un sistema de escape dos en uno, con el catalizador situado en el colector, y un sobredimensionado silencioso de aspecto muy racing. Además, se completa con una nueva toma de admisión «Heavy Breather» con filtro de aire a la vista orientado hacia adelante, inspirado en las motos “Dragster” con las que la marca participa en las pruebas de aceleración de la NHRA.
Por último, pensando en los que siempre quieren más, Harley Davidson comercializa a través de su marca de altas prestaciones, Screamin Eagle, un kit llamado Stage IV, para aumentar su cilindrada hasta las 117 pulgadas, unos 1.917 cc, así como un sistema de escape más eficiente y demás caprichitos.
Softail deportivo
Como ya os he comentado, su chasis es un Softail de última generación, que mantiene oculta la amortiguación trasera recreando el aspecto de un rígido. Junto a él, se han instalado un nuevo sub-chasis y basculante de aluminio, que unido a otras piezas también de aleación o de materiales compuestos dejan la moto en unos aceptables 289 Kg.
Volviendo a la amortiguación, delante, con un ángulo de dirección de 34 grados, se ha montado una horquilla invertida, con tecnología de cartucho interno. A la que acompaña un único amortiguador trasero de alto rendimiento, con posibilidad de regulación.
En cuanto a las ruedas, están situadas a una considerable distancia, 2.425 mm entre sus ejes. Las componen unas llantas de fundición de aluminio de cinco brazos dobles, con gráficos grabados al láser, modelo Ace; Y unos neumáticos Michelin Scorcher 11 de medidas 120/70 19 y 240/40 18. Para detenerlas, se ha optado por un equipo de frenos que incluyen dos pinzas axiales de cuatro pistones fijos delante y una pinza trasera de dos pistones flotantes.
Estética Dragster
A nivel estético, la Harley Davidson FXDR vuelve a las líneas de las viejas V-Rod. Es una moto bastante larga y baja; de aspecto musculoso, pero estrecha, principalmente en la parte delantera; con mandos avanzados y semi-manillares alejados del asiento, que fuerzan a llevar una posición muy característica; y un motor bien visible.
Su escueta carrocería está compuesta de un depósito de gasolina, sin ninguna instrumentación, que es capaz de almacenar casi 17 litros, sobre el que destaca su deportivo tapón de llenado; un cortísimo y ancho colín, con un asiento monoplaza fabricado en dos texturas; y una pequeñísima cúpula situada sobre el faro.
Detalles premium
Entre los detalles de alta gama que tiene la Harley Davidson FXDR hay que destacar que sus ópticas, delantera y trasera, e intermitentes son de Led, incluyendo en el frontal el sistema “Daymaker”. También denota calidad su minimalista instrumentación, consistente en una pantalla LCD, y el ya clásico encendido sin llave.
Por último, una de cal y otra de arena. Me han gustado especialmente sus semi-manillares, van montados por encima de la tija superior y tienen una altura correcta, dando aspecto de ser muy cómodos. Y me resulta poco acertada esa especie de guardabarros que se une al soporte de la óptica trasera y la matrícula, espero que sea desmontable.
Conclusiones
La Harley Davidson FXDR es una moto de capricho que debe entrar por los ojos. Su precio comienza en unos intimidantes 26.700 euros, a los que habrá que sumar otros 250 más si queremos sustituir el negro por cualquiera de las otras cinco opciones de color que existen. Sin duda, una cifra importante, que la coloca a la cabeza de los modelos Softail. Todo un hándicap si le sumamos algunas carencias como la falta de regulación de su horquilla o de pinzas radiales en su tren delantero. Sin embargo, a su favor debemos mencionar su impactante diseño, es una moto realmente bonita; el carácter de su adictivo bicilíndrico de 114 pulgadas; y la calidad de sus acabados, típicos en la mítica marca americana… ¡tú decides!