La nueva KTM 1390 Super Duke GT, es la turística más deportiva de la marca de Mattighofen. Ofreciendo un rendimiento óptimo tanto un día de tandas en el circuito como en un largo viaje acompañado.
LC8 1.350 cc
Para comenzar con esta aproximación a la nueva KTM 1390 Super Duke GT, debemos empezar por su motor. Este es un bicilíndrico en V a 75º de 1.350 cc (LC8), similar al montado en la Super Duke R Evo desde el año pasado. Un propulsor que, gracias a su toma de aire central, una nueva caja de filtros y un radiador más ancho, entrega unos contundentes 190 caballos de potencia máxima, con un par motor de 145 Nm. Todo ello cumpliendo la restrictiva norma Euro 5+ y con unos intervalos de mantenimiento de 60.000 km, el doble que en la versión 2024.
Además, se ha optimizado la relación de cambio en la 5ª y 6ª marcha. Mejorando su tacto a velocidades moderadas. Lo que unido a sus renovados tres modos de conducción que vienen de serie (Rain, Street y Sport), al que se ha unido uno personalizable, esta moto ofrece un rango de uso que va desde un día de tandas en el circuito como para un largo viaje con la pareja.
Kiska
Pero esa polivalencia no es solo fruto de su gran motor, también hay detrás un enorme trabajo de diseño llevado a cabo por el equipo de Kiska. Donde se ha puesto el énfasis en la parte ciclo, buscando el mencionado compromiso entre deportividad y turismo. Para ello, se ha vuelto a confiar en un chasis multitubular de acero al cromo-molibdeno, muy similar al de la versión R Evo. Que ofrece una gran rigidez torsional junto a un centro de gravedad más bajo. Y cómo no, a las eficientes suspensiones WP Apex semiactivas (SAT), propias de la marca. Que en este caso están compuestas por una horquilla invertida de 48 mm de diámetro y 125 mm de recorrido; y un único amortiguador con un recorrido mayor, de 140 mm, que actúa sobre un basculante monobrazo de aluminio, cuyo eje de pivote ha sido instalado para ofrecer el mejor comportamiento anti-hundimiento.
En cuanto al tema frenos, como no podía ser de otra manera, se ha apostado por Brembo. Que ha proporcionado para el tren delantero una combinación de pinzas Stylema, discos flotantes de 320 mm y una bomba de accionamiento MCS; y para el trasero, un único disco también flotante de 240 mm y una pinza de dos pistones de montaje axial. Una eficiente equipación que actúa sobre unas llantas de fundición de aluminio, de 17 pulgadas, calzadas con unos Michelin Power 6 de medidas: 120/70 y 200/55.
H88 / CCU3.0
En el mismo orden de cosas, la KTM 1390 Super Duke GT incorpora una inmensa y apaisada pantalla TFT táctil de 8.8 pulgadas denominada H88. Una instrumentación de alta gama, con una estructura de menús simplificada, que disfruta de una máxima funcionalidad; y que, en combinación con la botonera presente en el manillar, permite gestionar todo el paquete electrónico de manera sencilla e intuitiva. Además, gracias a la unidad de conectividad CCU3.0, con 32 GB de almacenamiento y 3 GB de RAM, la navegación por mapas sin conexión y las reconexiones con el smartphone después de apagar la moto serán perfectas.
SCU y Modos ABS
Retomando el tema de las suspensiones semiactivas de la KTM 1390 Super Duke GT, estas son gestionadas por una unidad de control denominadas SCU. Que adapta la suspensión en tiempo real, pudiéndose optar por cuatro modos de serie: Auto, Sport, Street y Comfort. Este último, especialmente optimizado para grandes viajes. También, por si fuera poco, esta moto incorpora como equipación estándar cuatro modos de ABS: Cornering, Supermoto, Supermoto+ y Sport. Cada uno con un nivel de intervención para que las frenadas no sean un problema.
Por último y siempre en hablando de tecnología. Esta moto lleva un útil y novedoso sistema de control de presión de los neumáticos (TPMS), que permite ajustarlo a nuestro gusto cuando vayamos a entrar en circuito. Un radar delantero, con funciones como el control de crucero adaptativo; los asistentes de frenada y distancia de seguridad; y la función de conducción en grupo. Además, desde KTM nos dejan activos todos los sistemas de asistencia y demás tecnologías extras, durante los primeros 1.500 km… para tentarnos un poquito.
Diseño y ergonomía
Para acabar nos vamos a fijar en dos aspectos que sin duda son de los más importantes a la hora de comprar una moto, su diseño y la posición de conducción. Como os adelantábamos, el desarrollo de este modelo es de Kiska, lo que le confiere una imagen muy propia de este estudio de diseño. Con muchos ángulos y algunos elementos diferenciadores como su subchasis de fundición inyectada de aluminio/compuesto, claramente visible; su inquietante óptica delantera LED; los intermitentes traseros, que actúan también como luz trasera y de freno; y la presencia visual del chasis, motor y sistema de escape.
En cuanto al apartado ergonómico, se ha apostado por la personalización, montando un manillar con un margen de desplazamiento de 22 mm; unas manetas de freno y embrague ajustables; unas palancas para el freno trasero y el cambio que ofrecen varias posiciones; y una cúpula que incluye una posición alta para largos viajes. Por lo demás, sus estriberas van posicionadas de manera acorde al doble propósito de esta moto; su altura al suelo de su cómodo asiento a dos alturas es de 834 mm; y el peso sin combustible es de tan solo 213 Kg, con una capacidad de su depósito de 19,5 litros. Sin duda una gran moto para aquellos que no quieren renunciar a nada.