
La nueva Harley-Davidson CVO Road Glide RR es la moto más potente de producción jamás creada por la MoCo. Un bagger del que solo se van a vender 131 unidades numeradas en los USA, a un precio de 110.000 dólares.

KOTB
Aprovechando la primera cita del campeonato King of the Baggers 2025, celebrada en Daytona, Harley-Davidson presentaba su CVO Road Glide RR. Una moto que incorpora mucho del know-how cosechado por su Factory Race Team en los últimos años. Como se puede apreciar en su imponente bicilíndrico de 131 pulgadas, las suspensiones Öhlins o sus contundentes frenos Brembo. Todo ello arropado de mucho aluminio mecanizado, fibra de carbono y la inconfundible apariencia de los baggers de Milkwaukee. Pasemos a conocerla.

Screamin’ Eagle 131
Como os decíamos, la nueva CVO Road Glide RR monta el motor más potente de producción de Harley-Davidson. Este no es otro que el Screamin’ Eagle 131 V-Twin, con refrigeración líquida en las culatas de sus cilindros. Un bicilíndrico de 2.147 cc (131 pulgadas), derivado de los Milwaukee-Eight, que se beneficia del kit de preparación Screamin’ Eagle® Stage IV. Lo que permite a este enorme “big twin” entregar 153 caballos de potencia máxima a 5.750 vueltas; con un par motor de 204 Nm, mil giros menos; teniendo su línea roja en las 6.500 rpm.

Entre las peculiaridades de este propulsor, además del mencionado kit de preparación Stage IV, tenemos un gran número de tapas mecanizadas a modo de las motos del Factory Race Team, entre las que destaca la del embrague. La cual está fabricada mediante CNC a partir de un bloque de aluminio 7075 y que luce un precioso anodizado Mil-Spec. Tampoco pasan desapercibidos su sistema de escape 2 en 1, fruto de la colaboración de la marca con Akrapovic, que incluye colectores y silenciador de titanio y protectores calóricos de fibra de carbono. Su filtro de aire de alto rendimiento, Screamin’ Eagle High Flow. Ni su transmisión Screamin’ Eagle Racing King 6, derivada de las que usan en el equipo de carreras, que consigue un tacto más suave a la hora de cambiar de marchas, además de alargar su vida útil.

Electrónica al día
Como era de esperar, junto a este salto cualitativo de prestaciones, que supone este modelo, ha llegado un importante paquete electrónico que hace más sencillo su uso. En el que tenemos cinco modos de conducción: Road, Sport, Rain, Track y Track Plus. Cada uno de ellos con una combinación específica de ajustes en la respuesta del acelerador, la entrega de potencia y los niveles de intervención sobre los sistemas de ABS, freno motor y control de tracción, todos ellos sensibles al ángulo de inclinación de la moto. Y cuatro modos totalmente personalizables, para aquellos más “especialitos”.

Ya en otro ámbito, más enfocado a la seguridad, la CVO Road Glide RR monta un sistema de frenada combinada electrónicamente, sensible al paso por curva (C-ELB); otro de retención del vehículo en pendiente (VHC); y, por último, el sensor de presión de neumáticos (TPMS). Además del archiconocido control de crucero.

Factory Race
Una vez conocido el propulsor y la electrónica que le acompaña es el momento de la parte ciclo. Empezamos con su equipo de suspensiones Öhlins, totalmente regulables, que ha sido creado en colaboración con la división deportiva del fabricante americano. En él tenemos, una horquilla invertida FGR 253 Hypersport Superbike, con barras de 43 mm y tijas triples mecanizadas; y un precioso basculante, también fabricado mediante CNC, a partir de un bloque de aluminio 6061, sobre el que actúan dos amortiguadores, cuyos depósitos de expansión van montados entre las alforjas y el guardabarros trasero.

En cuanto a la frenada, el colaborador elegido ha sido Brembo. Que ha proporcionado unas contundentes pinzas radiales monobloque GP-RX CNC, con cuatro pistones y un acabado niquelado, que mejora la disipación del calor. Que se completan con unos exquisitos discos T-Drive, de 320 mm de diámetro, fabricados en acero inoxidable. Esto en lo que al tren delantero se refiere, ya que detrás, como buena deportiva se ha optado por una combinación menos agresiva, compuesta de una pinza de anclaje axial, de cuatro pistones; con disco de 300 mm.

Ergonomía deportiva
Dado que en el catálogo de Harley-Davidson hay suficientes modelos touring para elegir, en este se ha apostado por dotarlo de un puesto de conducción mucho más dinámico. Por ello, han desaparecido las clásicas plataformas, siendo sustituidas por unas impresionantes estriberas de aluminio CNC, que elevan la posición de los pies, permitiendo así un mejor paso por curva.

Además, se ha instalado un manillar Moto Bar, más plano que el estándar entre los baggers; al que acompañan unas torretas de 15 cm (6 pulgadas). Y un asiento individual, con una altura de 2,5 mayor. El cual también participa de esta fiebre deportiva, incluyendo un refuerzo trasero, para dar mejor apoyo al piloto; y al que complementa otro montado en el depósito de gasolina, que ayuda en las maniobras en curva, cuando hay que sacar el trasero y las rodillas buscan donde apoyarse. Pensad que esta moto sigue pesando unos 340 kilos y las inercias deben ser bestiales.

Bagger CVO
Para acabar, vamos a fijarnos en esos aspectos que la mayoría de los usuarios de este tipo de motos buscan y sin los cuales seguro que no los compraría. Uno de ellos es su característica carrocería, que en esta moto mantiene sus señas de identidad, pero con mucho menos peso. Así, los grandes guardabarros, delantero y trasero, están fabricados en fibra de carbono. Mismo material que se usa en las cubiertas laterales, consola del depósito de gasolina, cubierta del radiador y la góndola de la horquilla. Más exquisito si cabe es el material usado en el carenado, las alforjas y las tapas, una combinación de carbono y Kevlar que mejora sin duda la resistencia de estas piezas.

Tampoco esta moto sería una CVO sin una pintura a la altura. Un aspecto sobre el que no tenemos ninguna pega, con un diseño similar al del equipo de carreras de este año. Con una base naranja que se desintegra, formando el reconocible “Bar & Shield” y mostrando sin pudor la fibra de carbono en algunas partes. Y sobre el que aparecen algunos gráficos de Screamin’ Eagle, CVO RR y logotipos de la MoCo, junto a detalles en Racing Orange en ciertas partes del motor, consiguiendo una de las libreas más espectaculares de las vistas últimamente.
Por último, y como no podía ser de otra manera… un equipazo de música, con tecnología Rockford Fosgate® Stage III; y una gran pantalla táctil de 12.3 pulgadas, con la que acceder a su completo paquete de info-ocio, gracias al sistema operativo Skyline. Con todo ello, nos queda claro que estamos ante una auténtica “Custom Vehicle Operations”, eso sí… RR.