La AC Calella Custom Predator es la primera scrambler con base Harley Davidson que fabricaba este taller catalán. Una perfecta adaptación de la asfáltica y urbanita Sportster 883R a un medio donde la arena, el barro y las piedras son habituales.
Con esta moto, AC Calella Custom abría un nuevo camino para los seguidores de la marca americana. Un camino donde se ofrece diversión fuera de las, cada vez más aburridas y congestionadas, vías convencionales.
883R
Para la construcción de esta scrambler, el equipo compuesto por Agustí Casola y Fred tomaron como base una Harley Davidson Sportster 883R, una moto que gracias a sus características se convierte en una moto donante perfecta para multitud de estilos de customización incluido el scrambler.
En este caso en concreto, ayudaron mucho sus dimensiones, de las que destacamos su moderada distancia entre ejes de 1.520 mm; sus 141 mm de altura libre al suelo, por encima de la media de las Harley; y el ángulo de lanzamiento de su horquilla, 30 grados. Además, su motor completamente negro, su manillar bajo y su clásico depósito de gasolina de 12,5 litros eran perfectos para este proyecto.
El motor idóneo
Siguiendo con las bondades del modelo donante, hay que mencionar que su cilindrada de 883 cc, como reza su nombre, y sus 69 Nm de par motor son suficientes para una moto que va a transitar sobre superficies deslizantes. Ahora bien, como no podía ser de otra manera, había algunos aspectos que se podían mejorar y eso hicieron en AC Calella Custom, incorporando un precioso escape dos en uno, con salida por el lateral derecho a media altura, creado por Vance&Hines para el catálogo de Roland Sands Design; y un filtro de aire más eficiente de Screamin´ Eagle, con carcasa artesanal del propio taller catalán.
Calzado de campo
Más trabajo necesitó la parte ciclo de esta bicilíndrica americana, ya que durante la génesis de su diseño nadie pensó en que podría tener un uso tan campero. El primer paso para esta auténtica metamorfosis fue montar unos más eficientes amortiguadores de 15 pulgadas de la italiana Mupo. Que incluyen vaso de expansión externo, tipo Piggy Back. Junto a estos, se colocaron unas llantas DNA, de medidas 250/19 delante y 425/18 detrás. A las que acompañan unos neumáticos de tacos Continental Twinduro de 110/80 y 150/70, montados en el mismo orden. Por último, unos discos flotantes firmados por Braking, con un pedal para el freno trasero de Freespirits, completaron el paquete de mejoras.
Para algo más que un paseo
Otro aspecto importante tenido en cuenta en AC Calella Custom ha sido el ergonómico. Un apartado que supuso convertir una moto de boulevard en una offroad de carácter. Para ello, se instaló un manillar Biltwell fabricado en acero al cromo-molibdeno 4130, con unos puños Cult Vans. Unas piezas, que recrean la suela de estas míticas zapatillas; y que se combinan con unos mandos de Freespirits, con reposapiés dentados. Para terminar con los cambios en su triángulo ergonómico: un precioso asiento de Senén Leather Works de aspecto vintage.
Vestida de fiesta
Como os decíamos al principio, la AC Calella Custom Predator ha supuesto un auténtico ejercicio de equilibrio entre efectividad y estética. De esta última, de su estética, no debemos olvidar mencionar por un lado su carrocería. Compuesta por dos piezas originales, como son los depósitos de gasolina y aceite, que han sido elegantemente cubiertas de una pintura con base azul y detalles en arena, negro y blanco, por Bip Bip Reparaciones; y unos clásicos guardabarros cromados, fabricados por German Derbidson. Y por otro, algunos detalles de buen gusto como los casi imperceptibles intermitentes Heinz Bikes; los retrovisores Highsider; el cubre-carter artesanal de aluminio pulido; o el soporte lateral de la matrícula, una pieza de StopRules.