La nueva Yamaha XSR900 GP combina a la perfección tecnología de vanguardia con nostalgia por la edad dorada del Mundial de Motociclismo. Una moto que es todo un guiño a las YZR 500 de los ochenta y noventa.
YZR 500
Nacida a principios de los setenta, las YZR 500 consiguieron un total de 10 campeonatos del mundo en la categoría reina, en cuanto a pilotos se refiere, empezando su palmarés con Giacomo Agostini y finalizando con Wayne Rainey en 1992. Es precisamente la moto de este último, en la que la marca de los diapasones se ha fijado para crear la Yamaha XSR900 GP. Más concretamente en la que usó el californiano en 1990, con sus dorsales en amarillo, y con la que daba comienzo su triplete. Una gloriosa historia que bien merece un modelo tan bonito como el que hoy nos ocupa.
Deltabox
Si hay un chasis que evoque deportividad, ese es el Deltabox. Nacido en los ochenta, dentro del mundo de la competición, este cuadro de aluminio es una de las señas de identidad de las motos deportivas de la marca de Iwata. En el caso de la Yamaha XSR900 GP, se ha querido reforzar su presencia dejándolo en crudo, solamente pulido como también se ha hecho con el basculante. Una elegante y efectiva combinación, sobre la que actúan unas suspensiones totalmente regulables KYB. Compuestas por una horquilla invertida y un amortiguador con bieletas.
Siguiendo con la parte ciclo de esta deportiva tan evocadora, tenemos unas ligeras llantas de 17 pulgadas, fabricadas con la tecnología Spinforging de Yamaha. En las que encontramos unos neumáticos Bridgestones Battlax Hypersport S23, de medidas: 120/70 y 180/55. Y sobre las que actúan un eficiente sistema de frenos, donde debemos destacar las dos pinzas de anclaje radial del tren delantero y su accionamiento firmado por Brembo, también radial.
CP3 890
Tras tanta nostalgia es hora de un poco de actualidad, y qué mejor forma de hacerlo que fijándonos en el tricilíndrico de 890 cc de la Yamaha XSR900 GP. Un moderno propulsor denominado CP3, por su tecnología Crossplane de tres cilindros, que es capaz de generar 119 CV de potencia, a 10.000 vueltas; y un par motor de 93 Nm, 3.000 giros antes.
Sin abandonar la tecnología, este motor va acompañado de un completo paquete de asistencia a la conducción, que se apoya en la toma de datos de su IMU (Unidad de Medición Inercial) de 6 ejes. Entre estas ayudas tenemos los clásicos sistemas de control de tracción y ABS, esta vez sensibles a la inclinación de la moto; y otras más de carácter deportivo, como el de deslizamiento de la rueda trasera y de elevación de la delantera. También, como no podía ser de otra manera en una moto de este nivel, gracias a los cuatro modos de conducción disponibles, uno de ellos personalizable, además de elegir el nivel de intervención de las mencionadas ayudas, podemos actuar en la forma de entrega de potencia. Adaptándola al uso que vayamos a hacer.
Legend Red
Volviendo de nuevo a la nostalgia, nos vamos a fijar en los carenados. Rasgo distintivo de este modelo de XSR900. Para empezar, se ha montado un semicarenado frontal, de líneas muy al estilo de las YZR 500, con una discreta óptica LED cuadrada. Al que acompaña un precioso colín fácilmente desmontable, gracias a su fijación con cierres de anilla tipo D. A estas dos piezas, se les suma un depósito de gasolina de 14 litros, con las hendiduras laterales para las rodillas muy marcadas. Una carrocería para la que desde Yamaha nos ofrecen dos decoraciones: Legend Red, es decir roja y blanca, como manda la tradición: o una más discreta Power Grey, en gris y negro.
Por último, queremos mencionar algunos buenos detalles de este modelo, como son las dos posiciones en que se pueden montar sus reposapiés de fundición de aluminio; el compromiso entre conducción deportiva y comodidad que ofrecen sus semimanillares; la pantalla TFT de 5 pulgadas, con conexión de serie a la App My Ride Link; o sus sistemas de control de crucero y Quickshift. Todos ellos detalles que sirven para hacer aún más apetecible a este auténtico regalo para los sentidos.
