75 JUBIBIKE LOUIS

Una Ducati muy alemana.

Que Marcus Walz es uno de los transformadores de motos más prolífico de Europa, no es ninguna novedad para todo buen aficionado al custom, pero que se deje aconsejar por un grupo de internautas para crear una Ducati destinada a ser el regalo de cumpleaños de una firma comercial con 75 primaveras a sus espaldas, eso sí que es noticia.

La razón de ser, de la “75 Jubibike Louis”, es la de convertirse en la imagen del 75 aniversario de Louis, toda una referencia dentro de Alemania y Austria en la comercialización de accesorios, piezas e indumentaria relacionadas con el mundo de la moto, sobretodo gracias a sus más de 65 tiendas y su portal de ventas por internet.
Para celebrar tan señalada fecha, se decidió que la mejor forma de hacerlo era con una moto conmemorativa del evento, una tradición muy típica en los Estados Unidos, donde buena parte de los encargos que reciben los transformadores más afamados tienen su origen en peticiones de firmas comerciales. Para este trabajo se contó con Marcus Walz y la colaboración de un buen número de internautas que durante semanas, gracias a Facebook y una Website (http://jubibike.louis.de), hecha para la ocasión, pudieron participar en la toma de algunas decisiones clave en la fabricación de la moto.

El creador.
Hablar de Marcus Walz, es hablar de un transformador atípico, que huye de los cromados como los gatos del agua y que divide su pasión: entre las custom y las deportivas. Fruto de esta bipolaridad son sus dos marcas: Walz Hardcore Cycles, dedicada a la creación de motos con bicilíndricos americanos, y Walzwerk Racing, donde tiene cabida cualquier tipo de mecánica, desde Ducatis hasta maxi-scooters.
Esta forma de entender la moto, ha traído hasta su cuartel general en Hockenhein, a más de una celebrity, gente del mundo del cine o de la Formula 1, como el actual campeón del mundo Sebastian Vettel o el díscolo Kimi Raikonen, han sido algunos de sus clientes. Y es que este alemán, a pesar de sus 43 años, lleva mucho tiempo en esto de las dos ruedas y ejemplo de ello es que el próximo mes de enero su firma custom cumple 20 años en la carretera.

Una buena base.
Para la 75 Jubibike Louis, se tomo como base la primera versión de la Ducati Sportclassic Sport 1000. De esta moto, diseño de Pierre Terblanche, se mantuvo chasis y motor, todo lo demás fue sustituido por elementos más exquisitos o por piezas fabricadas ex profeso.
Entre lo que se mantuvo, esta su motor: es el clásico bicilíndrico en “L” con refrigeración por aire/aceite y distribución por correas. Cubica 992cc y entrega 93cv de potencia, un motor sencillo y fiable, pero con mucha personalidad. También su chasis, un multitubular de acero, pintado en negro, que combina a la perfección con el basculante asimétrico fabricado en el mismo material y también proveniente del modelo original. En conclusión, un buen punto de partida para crear un gran Cafe-Racer, una moto que combine tradición, deportividad y que esté destinada a ser usada a diario.

El proceso.
Como apuntábamos al comienzo, la participación del público a la hora de tomar las decisiones más trascendentales del diseño era fundamental para este proyecto, por ello se lanzó una campaña publicitaria en facebook y se creó una página web. En ésta fueron apareciendo periódicamente distintas opciones para algunos elementos clave de la moto, así los internautas en cinco consultas pudieron elegir el tipo de carrocería, las ruedas, el manillar, el cuadro de instrumentos e incluso el color final. Una bonita forma de interactuar con Marcus Walz, en la construcción de una moto, y de crear una sinergia positiva para el homenajeado.

Un primer vistazo.
Aunque los que fuimos siguiendo el proceso, podíamos hacernos una idea del resultado final, éste superó con creces las expectativas. Y es que este Cafe-Racer es realmente espectacular. Tiene una carrocería minimalista, de corte clásica, hecha a mano en aluminio, compuesta por un sinuoso depósito de gasolina, coronado por un tapón de lo más retro, y un bonito colín al estilo de las motos de carreras de los 60, que obligó a rehacer todo el subchasis. En éste, se alojan las luces traseras (a base de leds); el asiento, sobre el que está bordado el logotipo del evento, y bajo éste, una pequeña batería de litio, de tan solo 800gr, que sustituye a la original, consiguiendo con ello una reducción notable de peso y una mejora estética, al dejar vacía la zona que ocupaba esta.

Pero si por algo son famosas las motos de Walzwerk Racing es por utilizar lo mejor en lo que a parte ciclo se refiere. En esta ocasión, para el tren delantero, se ha usado una horquilla compuesta por unas barras provenientes de una 999R, unidas por unas tijas fabricadas desde un solo bloque de aluminio macizo, que aumentan tres veces su rigidez respecto a las originales. También es de destacar el único amortiguador trasero: está colocado en el lado izquierdo de la moto, bien visible, es pluri-regulable y también tiene el sello de especialista sueco, Öhlins.
Siguiendo con la parte ciclo, las ruedas, que son de radios gracias a la red, están firmadas por Akron y montan unos súper-agresivos neumáticos Metzeler Racetec K3. Para pararlas, se optó por montar una combinación de pinzas monobloque Brembo con discos, tipo “Wave” de Lucas.

Obsesión por el detalle.
Solo hay que fijarse en alguno de los accesorios de esta “Show-Bike” para comprobar que tiene mucho de alemana, como ejemplo la proliferación de piezas de LSL. Esta exquisita marca ha proporcionado los semimanillares, los puños, las manetas del freno delantero y el embrague y los depósitos de los fluidos de éstos, que están ocultos en las tijas.
En cuanto a las estriberas y sus mandos, el Sr. Walz decidió tirar de oficio y hacerlas el mismo, mecanizándolas a partir de planchas de aluminio. El resultado, unas piezas de una altísima calidad, que pueden ser adaptadas al gusto del consumidor, gracias a las diversas opciones de ajustes.
Otro detalle, que no hace más que corroborar el compromiso entre pasado y tecnología de esta moto, es su cuadro de instrumentos: elegido por los votantes, es de clara influencia MotoGp y coordina a la perfección con la óptica delantera, sacada del catálogo de Louis y que es una réplica de la montada en las V-Rod de Harley Davidson.

Un poco de “chicha” y pintura.
Como hemos dicho, el motor es el original, pero con unos 8 caballos más de potencia, gracias al trabajo realizado por el propio Marcus en los colectores, hechos a mano en titanio, y la utilización de una cola de escape Akrapovic… una combinación explosiva, a la que acompaña un ligero embrague SBK con plato empujador en ergal.

Para finalizar, hay que dar las gracias a los internautas por haber elegido el rojo. Con ello, en Walzwerk Racing, pudieron descorchar un bote de “Anniversario Rosso”, un color solo presente en un puñado de modelos conmemorativos de Ducati, que se utilizó como base, sobre la que se aplicó una banda en color blanco, que cruza la moto longitudinalmente, y unos cuantos “pinstripe” realizados por Maze Grafx, asiduo colaborador de la marca.

 

Si te ha gustado el último juguete de la perversa mente de Marcus Walz, en unos meses, tras ser expuesto en algunas tiendas del propietario, será subastado para recoger dinero para una buena causa. Si estás interesado, prepárate a ver algún cero de más, el alemán no es nada barato realizando sueños.