Menos es más.
Desde las antípodas, Deus ex Machina nos vuelve a sorprender con su exquisita interpretación del mundo de la motocicleta. En este caso, una Harley Davidson Sportster, a la que estos australianos le han dado un buen repaso.
No es la primera vez que Deus ex Machina transforma una XL1200, desde hace tiempo, se nota que sienten cierta debilidad por este modelo, es lógico, es una buena base para hacer un Caferacer o un Dirt track, la especialidad de la casa. Y es que desde que en 2006 abrieron su local en el barrio de Camperdow en Sydney, esta firma ha conseguido crear una autentica legión de admiradores de su “lifestyle”. La razón es que en Deus no se dedican únicamente a transformar motos, lo cual hacen muy bien, también venden monopatines, tablas de surf, bicicletas y mucha ropa, todo bajo una cuidadísima imagen de marca.
¿Porque una Sportster?
La razón, como adelantábamos antes, es obvia, las motos de Deus suelen ser ligeras y minimalistas tomando los Caferacer ingleses y las Dirt track americanas como inspiración. Ejemplo de ello, es que sus motos suelen tener como base las Kawasaki WL650 y las Yamaha SR500/400, dos motos de origen japonés que por su aspecto bien podrían haber sido fabricadas en Reino Unido a mediados de los 60. También trabajan con otros modelos como los Bonneville de Triumph y la moto que hoy nos ocupa: La Sportster 1200.
Esta Harley Davidson, monta un bicilíndrido de 1.202cc a 45º, con refrigeración por aire y distribución por varillas. Un motor alto y estrecho que lleva en el catálogo de la MoCo, sin apenas cambios, desde 1986, cuando sustituyó al “Ironhead”. Sobre el chasis, podemos decir que es de lo más sencillo que hay en el mercado, se trata de un doble-cuna de acero del que parte un basculante clásico del mismo material, que es accionado por dos amortiguadores colocados a ambos lados de forma tradicional.
El concepto.
Para construir esta moto, de nombre tan intrigante, se decidió en un primer momento, despojar a la Harley de todo lo superfluo e instalar, junto a un buen número de componentes de mejor calidad, piezas fabricadas por ellos mismos o adaptadas de su propio catálogo. Podemos destacar entre estas últimas el conjunto subchasis/guardabarros trasero, sobre el que va colocado un sobrio asiento individual de cuero.
También es interesante el trabajo que se ha realizado en el depósito de gasolina, se trata de un depósito proveniente de una Yamaha SR500, moldeado y adaptado, en el que se ha instalado el tacómetro y un una correa de cuero, que lo recorre longitudinalmente, que combina a la perfección con el asiento.
El esqueleto.
En cuanto a la parte ciclo, la gente de Deus le ha querido dar un plus de deportividad a esta XL1200, pero manteniendo ese aire añejo que tanto les gusta a estos “aussie”. Para ello, se han sustituido las “blanditas” pinzas de freno de origen por unas contundentes Galfer de 6 y 4 pistones, para el tren delantero y trasero respectivamente, montadas en unas llantas de radios con medidas de 19 y 18 pulgadas; se han instalado mandos retrasados regulables para el cambio y el freno trasero, de la californiana Sato Racing; unos semimanillares de Tingate, toda una referencia entre los amantes de las clásicas en el continente austral, y una tija artesanal, mucho más rígida y ligera que la original. Con ello han conseguido mejorar ostensiblemente la frenada y la agilidad del conjunto, además de conseguir una posición de conducción más deportiva.
El alma.
Siguiendo en la misma línea, se ha trabajado en la gestión del motor para sacarle algunos caballos más. Por un lado se ha instalado un filtro K&N para mejorar el flujo de aire; una unidad Power Commander, para poder optimizar la inyección a nuestro gusto, y conectada a ésta, un sensor AutoTune, también de Dynojet, que corrige la mezcla de combustible en marcha. Como guinda, un espectacular sistema de escape 2 en 1 de Vance&Hines, modelo “Competition Series”, que debe sonar a gloria.
Para finalizar, nos tenemos que fijar en su estoica a la vez que bonita combinación de color: con el negro como base, tiñendo motor, chasis y escape y el azul turquesa como nota discordante ocupando el bonito depósito de gasolina, el del aceite y los guardabarros. En definitiva otra muestra de la maestría de esta casa australiana que hace del minimalismo y del buen gusto su leitmotiv.
Texto: Manel Hospido
Fotos: Deus ex Machina.