Por segundo año consecutivo, Michael “Woolie” Woolaway, director de diseño de motocicletas para Deus ex Machina USA, va a participar en la Pikes Peak a mandos de una Ducati preparada por él mismo. Para esta ocasión, este prolífico constructor de motos enamorado de la competición ha incorporado en su montura todo lo aprendido durante la prueba del año pasado, creando una máquina con la que apunta de nuevo al pódium. Su nombre no podía estar mejor elegido: The Beastie.
Tras la flamante presentación del prototipo de la futura StreetFighter V4 como representante oficial de Ducati en la 97 edición del PPIHC (Pikes Peak International Hill Climb), hoy nos vamos a fijar en “la otra” italiana que va a defender los intereses de la marca boloñesa en la categoría Exhibition Powersport. Una creación de Michael Wooloway para Deus ex Machina con la que el propio hawaiano va a participar en esta exigente prueba. Conozcamos un poco más de The Beastie.
Parte ciclo mestiza
La participación en la Pikes Peak del año pasado generó en Woolie la necesidad de volver y corregir los errores cometidos. No tanto como piloto, tras su meritorio segundo puesto en la categoría Exhibition Powersport, sino como constructor de motos, ya que le habían quedado muy claras las deficiencias de su moto. Varias de ellas y quizás la más importantes se encontraban en la parte ciclo. Por ello, para la Deus ex Machina The Beastie, se decidió crear un nuevo chasis partiendo de uno proveniente de una Ducati StreetFighter, al que le soldaron una pipa de dirección de una 999, combinado con un subchasis de acero al cromo molibdeno hecho para la ocasión.
Menos altura y peso
Otra importante novedad respecto a la moto de 2018 fue la incorporación de un basculante de magnesio más largo, fabricado por el especialista italiano RAM. Sobre el que actúa una suspensión más corta compuesta de un eficiente amortiguador Öhlins TTX y un brazo de suspensión con especificaciones WSBK. Acompañando a este equipo, se montó en el tren delantero una horquilla invertida con barras también de origen sueco. Junto a un paquete de frenos Brembo con unas contundentes pinzas radiales monobloque para discos flotantes de Brake Tech. Por último, con el hándicap de la reducción de peso muy presente, se optó por instalar unas llantas BST, modelo Black Mamba, de fibra de carbono.
Caballos para conquistar la cima
Una vez construida la parte ciclo la siguiente exigencia en la Deus ex Machina The Beastie era un propulsor a la altura. Para ello, se envió a Mark Sutton el motor de una 1098R, también con especificaciones WSBK, para que lo pusiera a punto, lo que se tradujo en 180 caballos de potencia. Junto a tan magno bicilíndrico, se instaló un sistema de escape artesanal con doble salida alta; un radiador de gran capacidad de la lombarda Febur; y un sistema de embrague también trasalpino de EVR que actúa sobre una caja de marchas de relación cerrada de Nova.
Sin ayudas electrónicas
Un detalle que destacar, por lo inusual en estos tiempos, es la falta de ayudas electrónicas en la moto de Woolie, lo que se traduce en que tendrá que recorrer las 156 curvas que llevan hasta la cumbre de Pikes Peak con menor margen de error que la mayoría de sus contrincantes… si existe algún margen error en esta peligrosa prueba.
Carrocería minimalista
Para acabar, y teniendo en mente que solo hay que recorrer unos 20 kilómetros hasta los 4.200 metros de altura donde se encuentra la meta, Woolie decidió aplicar toda su magia con el aluminio creando a partir de un molde obtenido de la Honda de Marc Márquez un pequeño depósito de gasolina de poco más de 11 litros, al que completa en el apartado carrocería algunas de las pocas piezas rescatadas, además de la electrónica, de la moto del año pasado, como son el dorsal delantero y el conjunto que conforman el asiento, el guardabarros trasero y los dorsales laterales.
The Beastie: morbo, mucho morbo
Por último y retomando la presentación del prototipo de la futura StreetFighter V4, la presencia de una moto como la creada por Woolie alimentará el morbo que siempre suscita la llegada de cambios a una marca con una gran carga histórica como es Ducati. La razón es que si bien, los motores de cuatro cilindros boloñeses están devolviendo a la senda del éxito a las máquinas italianas en los campeonatos de las motos derivadas de serie, son muchos los “puretas” a los que chirría la presencia de más de dos cilindros en una Ducati, lo que dividirá sin duda a los Ducatisti a la hora de elegir favorito en la 97 edición del PPIHC.