Pure and simple.
La Triumph Bonneville Newchurch se ha creado en honor a los miles de aficionados que todos los veranos acuden a la concentración que la marca realiza en Newkirchen, en los Alpes Austríacos. Se trata de una moto sencilla y honesta que hemos probado para vosotros aprovechando las buenas temperaturas y los paisajes que nos ha traído el comienzo del otoño.
Novedades de la Triumph Bonneville Newchurch
La principal novedad de la Triumph Bonneville Newchurch es la espectacular pintura bitono, en Rojo o azul sobre blanco, que cubre el depósito de gasolina, donde se ha estampado el nuevo logo de la firma y se han aplicado algunos detalles pintados a mano. Todas las demás piezas son en negro, incluidos los guardabarros, la carcasa del faro delantero, los retrovisores, los muelles de los amortiguadores y el manillar, lo que le da un look muy al estilo de la vieja escuela. También van en negro las llantas, que en contra de la opinión de los más ortodoxos y en pos de conseguir un mejor tacto están fabricadas en aleación de aluminio, son de siete palos y tienen un llamativo filete rojo hecho a mano.
Otra novedad de la Triumph Bonneville Newchurch es el asiento, que ha sido rebajado pero sin perder un ápice de comodidad. Por lo demás, sigue siendo la Bonneville que todos conocemos, con su chasis doble-cuna, fabricado en acero; su solvente y estético motor bicilíndrico en línea de 865cc refrigerado por aire; y su amortiguación convencional de amortiguadores gemelos y horquilla telescópica. Un conjunto, que en sus distintas versiones ha supuesto una buena parte de las ventas de Triumph en los últimos años. Pasemos ahora a ver qué tal se mueve esta coqueta inglesa.
Primeras sensaciones
Según te subes a la Triumph Bonneville Newchurch, lo primero que llama la atención es lo cómoda que es. Para empezar, su altura desde el asiento es de apenas 740mm, lo que la hace apta para cualquier altura, quizás un poco justa si sobrepasas el metro ochenta. Su peso, es de 225Kg en orden de marcha, pero parece mucho menor al tener el centro de gravedad muy abajo y disponer de una dirección muy ligera e inmediata.
En cuanto a la posición de conducción de la Triumph Bonneville Newchurch, es agradable y efectiva, tanto en ciudad como en carreteras abiertas, gracias a su manillar y la posición de los reposapiés. Tampoco se han olvidado en Triumph del confort del pasajero, que también disfruta del mismo tipo de reposapiés, muy bien aislados de las vibraciones y bien situados, y del ya mencionado nuevo asiento corrido de perfil bajo.
Un motor honesto
Una vez en marcha, tras usar el estárter si hace frío, el motor de la Triumph Bonneville Newchurch sube de vueltas con facilidad y de una manera muy lineal, entregando 68 caballos de potencia a 7.500 vueltas, un poco justo para carreteras bien asfaltadas o autopistas, donde una vez metes su quinta marcha y la subes de vueltas, da la sensación que el motor se acaba demasiado pronto, dejándote con ganas de más. Es tan progresivo y agradable y su parte ciclo se comporta tan bien, que diez o quince caballos más no le vendrían mal.
Aun así, la Triumph Bonneville Newchurch va sobrada para el tipo de moto que es y las limitaciones de velocidad de nuestras carreteras, permitiendo circular de una manera alegre y divertida a poco que te lo propongas. En cuanto a su uso urbano, es impresionante lo bien que tracciona en marchas cortas y medias a bajo régimen: sin “tosidos” ni traqueteos te saca de cualquier situación, por muy denso que sea el tráfico, a pesar de que en las reducciones se echa de menos un sistema anti-rebote.
Una parte ciclo perfecta
Antes hemos mencionado el buen tacto de su ciclo, es realmente llamativo lo bien que funciona para lo sencillo que es. El equipo de suspensiones Kayaba, compuesto de una horquilla con barras de 41mm de diámetro y sus dos amortiguadores ajustables en precarga se comportan a la perfección, solo muestran alguna deficiencia si llevamos acompañante y vamos un poco fuerte, pero nada alarmante. En cuanto a los frenos, se han montado dos pinzas flotantes Nissin de dos pistones, una para cada rueda, que cumplen con nota su cometido, parando la moto con facilidad siempre que combinemos ambos frenos en las situaciones más expuestas.
Algunos detalles y peros
Entre los buenos detalles que nos gustaría destacar de esta Triumph se encuentran las levas de freno y embrague, ajustables en su recorrido; los contrapesos metálicos para el manillar; el cromado de sus escapes tipo megáfono; y los falsos carburadores, tras los que se oculta la inyección electrónica.
Pero también hubo cosas que nos gustaron menos de la Triumph Bonneville Newchurch. Como el tapón del depósito de gasolina sin llave (qué vamos a hacer, somos desconfiados); la carencia de tacómetro; y sus insufribles y poco estéticos retrovisores. Defectos, sin duda muy subjetivos, que sin embargo son fácilmente subsanables y de paso se pueden convertir en una buena excusa para echarle un vistazo al completo catálogo de accesorios que ofrecen tanto Triumph como las otras marcas de piezas aftermarket que se han especializado en las Bonneville. Y es que esta Bonnie es una muy buena base para hacer eso que tanto nos gusta… customizar.
Ficha Técnica de la Triumph Bonneville Newchurch
Parte motor
Tipo: Bicilíndrico en paralelo
Cilindrada: 865 cc.
Potencia: 68 cv a 7.500 rpm.
Par motor: 69 Nm a 5.800 rpm.
Caja de cambios: 5 velocidades.
Embrague: Multidisco en baño de aceite.
Transmisión final: Cadena.
Sistema de escape: Dos escapes en acero cromado, uno por cada lado.
Parte ciclo
Chasis: Doble cuna en acero tubular.
Altura del asiento: 740 mm.
Peso en orden de marcha: 225 kg.
Suspensión delantera: Kayaba, telescópica de Ø 41 mm, 120mm recorrido.
Suspensión trasera: Kayaba, dos amortiguadores regulables en precarga, 100mm recorrido..
Freno delantero: Nissin, 1 pinza flotante de 2 pistones, con discos de Ø 310 mm.
Freno trasero: Nissin, 1 pinza flotante de 2 pistones, con disco de Ø 255 mm.
Llantas: Aleación de aluminio de 7 palos, de medidas 17 x 3,0” y 17 x 3,5”.
Neumáticos: 110/70 R17 y 130/80 R17.
Texto: Manel Hospido
Fotos: Eu Bermejo