La nueva Triumph Speed Triple 1200RS aumenta sus prestaciones respecto al modelo anterior, incorporando además suspensiones semiactivas, una electrónica actualizada y algunos retoques estéticos que la mantienen en la parte alta del segmento.
Poco, pero importante
Como os decíamos, la Triumph Speed Triple RS 2025 ha mejorado sus prestaciones. Un aumento que ha afectado a su potencia máxima y par motor, dejando sus cifras en 183 CV a 10.750 rpm y 128 Nm a dos mil vueltas menos. Unos cambios que en principio no parecen demasiado importantes, pero que se notan, mejorando el ya de por sí tacto suave y aprovechable de este modelo.
Estas mejoras se han conseguido gracias a una nueva estrategia de equilibrado dinámico del cigüeñal de su tricilíndrico de 1.160 cc. Un propulsor que recoge todo el know-how adquirido por la marca de Hinckley como proveedor exclusivo de Moto2. Y a su nuevo sistema de escape, que incorpora un silenciador más ligero y compacto; y que proporcionan un flujo de gases más eficiente.
Hooligan, pero inteligente
Siguiendo con el hilo del motor, sus cifras vistas desde la óptica de hace una década se habrían antojado exageradas para una naked deportiva. Pero, hoy en día, sin querer desmerecer la barbaridad de caballos y par motor que ofrece esta hooligan, gracias a la electrónica todo es más fácil y en esto esta Triumph va muy bien equipada.
Para empezar, junto al conocido asistente de cambio Triumph Shift Assist, este modelo ofrece cinco modos de conducción: Rain, Road, Sport, Track y Rider, todos ellos personalizables. Pudiendo variar la intervención de los sistemas de elevación de la rueda delantera, freno motor, control de tracción y ABS. Sensibles al grado de inclinación en el caso de los dos últimos. Además, en el modo de conducción Track, existe la opción de permitir cierto deslizamiento de la rueda delantera y elevación de la trasera, lo que unido a la posibilidad de desconectar el control de tracción permite pasar un día de tandas en el circuito de lo más interesante.
Conocido, pero optimizado
En cuanto a la parte ciclo, se mantiene la combinación de chasis de doble viga y basculante monobrazo de aluminio. A los que se unen unas nuevas y ligeras llantas de 17 pulgadas, calzadas con neumáticos Pirelli Diablo Supercorsa SP V3, de medidas: 120/70 y 190/55.
También permanece el eficiente sistema de frenos que proporciona Brembo, con pinzas Stylema y maneta de accionamiento radial MCS, para el tren delantero. Y el proveedor de las suspensiones, Öhlins, que, esta vez, apuesta por un sistema semiactivo de última generación, con interfaz de ajuste basada en objetivos (OBTi), denominado Smart EC3. Estas exquisitas suspensiones están compuestas por una horquilla invertida con barras de 43 mm y un amortiguador con bieletas, ambos con recorridos de 120 mm. A los que acompaña un amortiguador de dirección regulable.
Deportiva, pero adaptada
En otro orden de cosas, esta naked deportiva incluye algunos elementos electrónicos muy interesantes como el sistema de conectividad My Triumph. Que da acceso, a través de su gran pantalla TFT de 5 pulgadas y un intuitivo joystick montado en el manillar, a un navegador paso a paso y al smartphone del conductor. El sistema de encendido y apertura del depósito de gasolina sin llave (keyless), el cual se puede desconectar. O los sistemas de control de crucero ajustable; y de aviso de frenada de emergencia, que se activa mediante destellos en la iluminación trasera.
Con este mismo enfoque este modelo ha mejorado en el apartado ergonómico, optimizándolo para el uso polivalente propio de una “Streetfighter”. Para ello, se ha montado un manillar un poco más ancho (810 mm) y alto (1.085 mm); y una batería de Litio, que permite dejar el peso en 199 kg en orden de marcha. Lo que unido a su estrecho asiento, con una altura de 830 mm desde el suelo, convierten a la nueva Triumph Speed Triple 1200RS en una de las motos más eficaces y confortables de su segmento.
Treintañera, pero joven
Para acabar, vamos a fijarnos en algunos accesorios disponibles en el catálogo de la marca y las opciones cromáticas que nos ofrecen para esta Triumph con más de treinta años de trayectoria. De las primeras, destacan el espectacular silencioso Akrapovic, fabricado en titanio de color negro; unas bolsas específicas, para asiento y depósito, con capacidad de 10 litros cada una; los depósitos para fluidos mecanizados; o el sistema de control de la presión de los neumáticos. De las segundas, tenemos tres opciones, el clásico negro sin coste adicional; y dos combinaciones de grafito y plata, en las que varía el color de los detalles y filetes (rojos o amarillos), con un coste de 300 €… por cierto, el precio base es de 21.450 € en España.
