Belleza tranquila
Detrás de esta transformación, sobre la base de una Ducati Supersport de los noventa, se encuentra el trabajo de Walt Siegl, un austriaco afincado en un pequeño y tranquilo pueblo de la añeja región de Nueva Inglaterra (USA) donde ha encontrado la inspiración para crear sus motocicletas: auténticas obras de arte.
La historia de Walt Siegl Motorcycle es similar al de otros muchos talleres de transformación de motos, producto del empeño personal de un artista que no se conforma con circular en motos estándar. En este caso, buena culpa de esta ansiedad creativa es gracias a los estudios de escultura que cursó su fundador, lo que le llevó a estar siempre cerca de las vanguardias artísticas, tanto en su país como en la agitada Nueva York, donde trabajó como promotor de otros creadores de su Austria natal.
Volviendo a las motos, el Sr. Siegl es un auténtico apasionado: formó parte de un equipo de resistencia en su juventud y hoy sigue entrando en circuito con su Ducati 1098 para quitarse el gusanillo; desde que aterrizó en la gran manzana, se dejó llevar por el tan americano espíritu custom, empezando a realizar sus primeras motos sobre base Harley Davidson a las que últimamente ha sustituido por los motores desmodrómicos con refrigeración aire de las Ducati de los 80 y 90.
Leggero
Bajo esta denominación se están creando 12 unidades que comparten la misma denominación: “Leggero”: todas tienen en común el chasis, un multitubular en acero aligerado similar al montado en las supersport de los noventa… sí, las del faro cuadrado; un motor bicilíndrico en “L”, proveniente de una Ducati, que cubica alrededor de 904cc con refrigeración aire/aceite y una carrocería creada por la casa, la cual variará según se opte entre disfrutar del aire en la cara o refugiarse tras la cúpula de un semicarenado.
Pero las variaciones, como es lógico en una moto a la carta, van más allá: el basculante trasero puede ser un convencional de doble viga con amortiguación a la antigua usanza o un cantiléver con un único amortiguador alojado bajo el asiento; para el sistema de alimentación del motor se puede optar entre carburadores o inyección; la elección de la pintura y la decoración es a cargo del futuro propietario; la amortiguación puede ser japonesa (Showa) o escandinava (Öhlins) y volviendo al carenado, puede estar construido en fibra de vidrio o en el exquisito carbono.
Nº5
El modelo en el que nos hemos fijado y os estamos presentando es el último en crearse hasta la fecha. Se trata del nº 5, una moto que se encuentra en la actualidad en Jackson (estado de Wyoming), junto a su propietario que se declinó por la opción de la inyección electrónica debido a la altitud a la que iba a circular este “pompone” durante sus paseos. Como en los demás modelos de la familia “Leggero” monta un clásico chasis multitubular de tan solo 8,6 Kg, que en este caso va pintado en negro como el sistema de amortiguación trasera tipo cantiléver, que incluye un maridaje entre un amortiguador Showa y unos muelles Öhlins.
En cuanto al tren delantero, se trata de una horquilla compuesta de unas barras invertidas que han sido pulidas a espejo, y que alojan un par de pinzas de cuatro pistones de la serie “Oro” de Brembo, con sus correspondientes discos flotantes, montados sobre unas evocadoras llantas de tres palos de la misma marca, similares a las que llevaban las primeras 916… ¡Que tiempos!
Grey “Zia”
Bajo esta denominación se esconde el nombre del color que cubre la principal exclusividad de esta Ducati, su carrocería. Y es que todas las “Leggero” montan o montarán este diseño de Walt Siegl. En este caso en concreto se ha utilizado la fibra de carbono como materia prima para su fabricación y está compuesto por tres piezas que bien podían estar expuestas en cualquier galería de arte.
Para empezar, nos fijaremos en el semicarenado, con una clara influencia de los que llevaban las primeras 900ss de principios de los setenta, con unas líneas suaves y sinuosas que albergan en su frontal un faro redondo enmarcado en un prominente bisel cromado; en cambio, las líneas del depósito de gasolina son más ochenteras, con dos prominentes hendiduras a ambos lados para facilitar el acomodo de las rodillas, un gran tapón de rosca con acabado pulido y una espectacular combinación de color gris satinado con fibra de carbono; para finalizar, el conjunto formado por el asiento monoplaza y el colín, son la guinda a este ejercicio de estilo “vintage”, donde la apenas imperceptible luz trasera no hace más que realzar ese aspecto a moto de carreras de antaño que emana esta Ducati.
Conclusiones y pijadas.
La nº 5, para mi gusto, es una de las más bellas transformaciones sobre base Ducati que he visto: en ella el taller WSM ha profundizado en su concepto “Leggera” consiguiendo poner el listón muy alto para las próximas 7 unidades que deberán presentarnos en los próximos años. El coctel por sencillo que parezca no siempre da los mismos resultados, a saber: un buen chasis, ligero y con mucha tradición; un motor sencillo, con unas prestaciones más que aceptables y mucha, mucha personalidad; una carrocería hecha con el mimo que solo puede imprimir un artista conocedor de la marca boloñesa y una colección de pequeños detalles como son la calidad del asiento, la exquisita pintura, su clásico y a la vez sencillo sistema de escapes o su exclusivo tacómetro/velocímetro, fabricado por Motogadget y transformado por los chicos de Seattle Speedometer para la ocasión. En conclusión, la quinta de doce, lo que nos deja solo siete si queremos tener una de ellas: una “Leggero”. ¿Te ha picado el gusanillo? Más información en su web: http://www.waltsiegl.com/
Texto: Manel Hospido
Fotos: Walt Siegl Motorcycle