Durante una semana hemos probado la impresionante Road Glide ST. El modelo “touring” más deportivo del catálogo de Harley Davidson y heredera de la reina del “King of the Baggers” del 2021. Estas han sido nuestras impresiones.
Road Glide ST… aspecto KOTB
Vamos a empezar deteniéndonos en el aspecto de esta “Grand American Touring” de Harley Davidson, donde destaca sobremanera su carenado, denominado “sharknose” (morro de tiburón). Este elemento, tiene la particularidad de ir anclado directamente al chasis, quitando así peso a la horquilla. Una solución efectiva que se completa con una doble óptica “Led Daymaker”; una gran toma de aire (splitstream), con la que se reducen las turbulencias; y una elegante pantalla baja oscurecida. Un conjunto que muestra toda su efectividad a poco que subas el ritmo en una autopista, donde apenas se nota la retención del aire, lo que da muestra del carácter viajero de este modelo.
Otros detalles propios de este “bagger”, inspirado en la moto del vigente campeón del “King of the Baggers”, Kyle Wyman (Screamin’ Eagle Factory Team), son: su guardabarros delantero recortado; el tamaño estándar de sus maletas, con capacidad para 32 litros cada una; y sus llantas Prodigy de fundición de aluminio, con un diseño y acabado en color bronce oscuro espectacular. Este color bronce, también lo encontramos en la caja inferior de balancines, la tapa de distribución, el medallón de la admisión y en el logotipo del depósito (versión Vivid Black). Una tonalidad que combina a la perfección con las dos opciones de librea que nos proponen desde la MoCo: “Vivid Black” y “Gunship Gray”.
Ergonomía… más ágil
Una de las primeras cosas que notas al subirte en la nueva Road Glide ST, respecto a la versión Special, es la mayor distancia al suelo que hay desde su comodísimo asiento. Estos 20 mm de más la hacen un poco más pesada en parado, aunque esto se traduce en más agilidad a la hora de tomar las curvas, incluida una mayor capacidad de inclinación sin arrastrar escapes y plataformas, gracias a sus 10 mm extra de distancia libre al suelo (140 mm). Esto, que sin duda es una ventaja, requiere un poco de paciencia para sacarle el máximo partido, ya que esta agilidad hay que adaptarla a los 382 Kg que pesa este “bagger” en orden de marcha, así que, con cuidado, que no es una “superbikes”.
Mencionaba anteriormente el asiento, y es que es casi perfecto para una moto de estas características. Suficientemente mullido, pero sin pasarse; y con un diseño que se adapta a nuestra anatomía como un guante. No puedo decir los mismo del manillar, que no me gustó, demasiado “custom”, lo que se puede solucionar fácilmente instalando uno que permita notar un poco más el tren delantero, al estilo de los que proponen fabricantes como Kraus Motor Co o Roland Sands.
Por último, y para cerrar esta sección, decir que el filtro del aire (Heavy Breather), que es una de mis piezas preferidas, tiene un pequeño defecto al que hay que acostumbrarse. Y es que cuando vas a hacer uso del freno trasero es fácil tocar con la espinilla, lo que es un incordio… esto, yo no lo solucionaría.
Motor… 117 pulgadas
Siguiendo con las sensaciones que nos trasmitió la Harley Davidson Road Glide ST, un lugar especial tiene su motor. Se trata del de mayor cilindrada que monta la MoCo en las motos de serie: el Milwaukee-Eight 117. Un bicilíndrico a 45 grados de 1.918 cc, con refrigeración aceite/aire, como manda la tradición, que ofrece unas cifras impresionantes.
Para empezar, su par motor máximo es de 172 Nm a 3.750 vueltas, y os puedo asegurar que no hay que subir tanto para notarlo, permitiendo unas recuperaciones difíciles de igualar a pesar del peso del conjunto. Tampoco son desdeñables sus 103 caballos de potencia a 5.450 rpm, un dato que a lo mejor a algunos os parezca justito, pero que si lo combinas con el mencionado par motor permiten circular de manera fluida por cualquier tipo de carretera… tampoco busquéis un camino de cabras, ya que su distancia entre ejes (1.625 mm) y los casi dos metros y medio de longitud permiten pocas alegrías en el medio rural.
Profundizando en el tema motor, además de por la exagerada cilindrada de este propulsor, las mencionadas cifras se consiguen gracias a un árbol de levas más eficiente; una admisión de alto flujo, denominada “Heavy Breather”, cuyo filtro de aire mira hacia delante de manera intimidante; y un escape de alto rendimiento, con salida baja por ambos lados de la moto. Todo ello perfectamente ajustado para cumplir con la restrictiva norma Euro5.
Parte ciclo y ayudas… electrónicas
Como es de esperar en una moto de 38.000 euros, Harley Davidson ha equipado a este modelo de lo mejor de su arsenal en cuanto a suspensiones y frenos, así como en el apartado de ayudas electrónicas a la conducción. Entre las primeras, tenemos en la parte delantera una horquilla convencional con barras de 49 mm, con tecnología de doble válvula de flexión; y en la trasera unos amortiguadores de emulsión, cuya precarga se puede ajustar fácilmente con un único mando. En relación con los amortiguadores, HD ofrece como accesorio unos amortiguadores (no os perdáis el vídeo) del prestigioso fabricante Öhlins, que aprovechan el know how adquirido por el Screamin’ Eagle Factory Team, durante las carreras de KOTB
Volviendo a la equipación estándar, la Road Glide ST monta unos frenos combinados electrónicamente de Brembo, modelo Reflex Linked, con ABS sensible al ángulo de inclinación. Una ayuda electrónica que nos da pie a enumerar otras que se incluyen de serie, como son los sistemas de control de tracción en curvas, con varios modos fácilmente seleccionables; el de freno motor, muy útil dada la exagerada retención que genera un bicilíndrico de este tamaño; y los prácticos controles de asistencia de salida en pendiente, control de crucero y de presión de los neumáticos. Todas ellas ayudas, que hacen el viaje más cómodo y sobre todo seguro.
Instrumentación… e info-ocio
Para acabar, nos vamos a fijar en la instrumentación de la Road Glide ST y su impresionante equipo de info-ocio, una combinación de clasicismo y modernidad que me generó algunas dudas. Para empezar, la instrumentación de este modelo está compuesto de dos esferas principales analógicas, velocímetro y tacómetro, que en el caso de la primera incluye un pequeño “display” electrónico con algo de información. A estas se suman otras dos esferas que se encargan de darnos datos de la carga de la batería y de la gasolina que disponemos, donde además lucen los chivatos de los intermitentes, uno a cada lado. Una equipación correcta y clásica pero que con cierta luz no cumple bien con su cometido debido a la tenue retroiluminación.
En cuanto al info-ocio, la Road Glide ST monta el Boom! Box GTS, con pantalla táctil TFT de 165 mm a todo color. Un sistema multimedia muy intuitivo en su uso, al que completa dos enormes altavoces colocados en el carenado y una antena de radio oculta. Y que ofrece múltiples posibilidades como son recibir llamadas, poner música vía Bluetooth desde nuestro smartphone o acceder al navegador, un elemento indispensable para una moto viajera como esta.
Es tan bueno este sistema de info-ocio, que me ha generado la duda que os mencionaba anteriormente: ¿Por qué no incluir en él los datos de la instrumentación? Con ello, dejaríamos más limpia y estética la tija superior de la horquilla. Seguro que habrá una buena explicación para ello y por qué no, podría ser la siguiente: “un bagger es así, una combinación de tecnología de última generación y añoranza por cómo se viajaba antes en moto”. Si esta es tu respuesta, sin duda, la Road Glide ST es tu moto… ¡Buen Viaje!