Un bellezón de carreras.
Hace casi una década que vimos por primera vez esta preciosidad en el Intermot. Acompañada de otro prototipo, la Griso, corrió peor suerte que ésta y quedo solo en una moto para uso exclusivo en pista, dejando a más de un devoto de la marca con un par de palmos de narices. Por otro lado, esta decisión, ha permitido disfrutar a unos pocos de algunas exquisiteces que en una producción para calle deberían haber sido sustituidas por otras menos “nobles”.
Para empezar, su motor es el clásico bicilíndrico en “V” transversal, con refrigeración por aire, que cubica 1.225cc que gracias a sus pistones Cosworth, bielas Carrillo y otros refinamientos llega a entregar 128cv a 8.000rpm y un par motor de 11,5 Kg/m a 6.200rpm. De su parte ciclo destaca su “horquillón” Öhlins, marca que también firma su amortiguador trasero, que esta anclado de forma vertical en un ligero basculante en aluminio que incorpora además el cardan; La frenada, como no podía ser de otra forma, es Brembo, con radiales de cuatro pistones y discos de 320mm delante y 220mm detrás; Llantas de aluminio forjado de 5 palos; Y un chasis portante en acero ASL-450. Su escape tiene salida por debajo del colín, aunque también hemos visto en alguna carrera salidas laterales que tampoco desfavorecen el conjunto y castigan menos las posaderas del piloto.
Palmarés, sin duda nos quedamos con sus triunfos en el BOTT de Daytona, sus títulos en el Supertwins italiano y la estupenda carrera que disputó en el mundial de resistencia en Albacete.