La RSD Street Tracker Ecosse es una transformación de Roland Sands de una de las motos americanas más exclusivas y controvertidas del finales de la década pasada: la Ecosse. Una moto que suponía todo un derroche en cilindrada, componentes y… precio.
No es la primera vez que Roland Sands se atreve con una moto a priori intocable. Famosas son sus transformaciones de una KR de MotoGp del equipo de Kenny Roberts o una Desmosedici. Creaciones que no dejaron a nadie indiferente y que ayudaron a cimentar la fama como constructor de motos de este expiloto de Long Beach, hijo del fundador de una de las marcas míticas en el mundo custom: Performance Machine. Hoy nos vamos a fijar en su Street Tracker Ecosse que ha tomado como moto donante un modelo con un precio superior a los 50.000 dólares. ¿Estará el resultado a la altura?
Una donante de altura
Hace algo más de una década, antes de la “Gran Crisis”, se prodigaban los vehículos de altas prestaciones y elaboración artesanal que hacían del lujo, la exclusividad y sus precios inalcanzables sus señas de identidad. Una de esas marcas era Ecosse Moto Works, unas motos americanas hechas a medida que combinaban un inmenso bicilíndrico, que entregaba en su versión más bruta 200 CV de potencia; con un rígido chasis fabricado con finos tubos de acero 4130 al cromo-molibdeno; unos componentes de primer nivel; y un sinfín de piezas mecanizadas a partir de aluminio de aviación y fibra de carbono. El resultado era una moto de más de 50.000 dólares, que a unos les encantaba y a otros les parecía un disparate.
Una cosa lleva a la otra
Como suele pasar en muchos proyectos, lo que al principio era un simple retoque se convierte en algo más. En el caso de esta moto, su dueño, harto del incómodo ángulo de giro de su Ecosse, visitó el taller de Roland Sands en Los Alamitos CA. para que le hiciera, una carrocería en aluminio nueva. Esta debía incluir un depósito de gasolina más estrecho y un nuevo colín que acomodará una nueva salida de escapes doble. Todo ello, buscando mejorar su funcionalidad para el día a día. Tras esta primera etapa, esta Ecosse volvía a casa con la mayoría de sus buenos y ultra-efectivos componentes de origen… por poco tiempo, un año después regresaba a los dominios de RSD para ser totalmente reconvertida en la Street Tracker Ecosse.
Parte Ciclo Street Tracker Ecosse
Lo primero que se hizo en esta segunda etapa fue adaptar los componentes de la parte ciclo de esta Ecosse a un uso más Falt Track, donde la reducción de peso era la máxima a seguir. Para empezar, se instaló una horquilla convencional más ágil, con barras de 43 mm con tratamiento antifricción y tecnología NIX, del especialista sueco Öhlins. Junto a estas, se incorporó en el tren delantero un único disco lobulado con una pinza axial de cuatro pistones y bomba radial de la casa, reduciendo el exceso de mordiente que ofrecía el equipo radial ISR de seis pistones original. Por último, se sustituyeron las llantas por unas RSD Traction Factory de 19 pulgadas calzadas de neumáticos Dunlop DT.
Motor Street Tracker Ecosse
Dado que el gran motor de esta Ecosse, un bicilíndrico a 45º de 1966 cc con su sistema de embrague girado para obtener una mayor distancia al suelo, daba algunos problemas, se desmontó y se envió a Bennett´s Performance para su puesta a punto. Entre tanto, se procedió a cubrir con pintura en polvo de color negro gran parte de los elementos externos de este propulsor, como son las cabezas de sus cilindros o la tapa de la primaria, y se instalaron otras piezas del catálogo de RSD como el filtro de aire inclinado de carbono, modelo Slant, y la tapa del encendido. Lo que unido a los escapes montados en la primera etapa le daba un aspecto más urbano y “malote”.
Algunos detalles y accesorios
Como no podía ser de otra forma, para rematar la faena con la Street Tracker Ecosse, se echó mano del catálogo de Roland Sands Design. Incorporando unas nuevas torretas y tijas; junto a una pieza específica para recolocar la instrumentación original y el minimalista faro RSD Vintage; y se montó un manillar muy Flat Track con unos puños Traction de aluminio en negro a juego con todo el conjunto.
Por último, se hizo un asiento en cuero color teja y se encargó a Chris Wood, de Airtrix, la pintura. Un soberbio trabajo que utiliza como base el aluminio cepillado de la carrocería sobre el que aplicó en algunas zonas un negro satinado con un elegante filete dorado pintado usando la técnica de “Pin Striping” y un original logo de RSD que combina dentro de un diamante un trébol con un rayo.