Desde Italia nos llega esta elegante reinterpretación de la Stelvio 1200 8V de Moto Guzzi, la Rossopuro Gransasso 1100. Una moto en la que Filippo Barbacane ha echado el resto aportando todo su buen hacer como constructor y su extensa experiencia como viajero sobre dos ruedas.
Stelvio
Como si de un viaje se tratara, empezaremos en el famoso paso alpino que prestaba su nombre a la maxi-trail de Moto Guzzi, la moto que ha servido de punto de partida para la creación de la Rossopuro Gransasso 1100. De ella se ha mantenido buena parte de su efectivo chasis multi-tubular de acero, del que se ha quitado, a golpe de radial, todo lo superfluo, incluido el sub-chasis trasero que ha sido sustituido por uno nuevo desmontable en acero al cromo molibdeno. Bajo este sub-chasis, se ha instalado un nuevo sistema eléctrico con conectores rápidos para facilitar su desmontaje y se ha alojado un airbox artesanal y una pequeña batería de litio.
También se ha mantenido la horquilla invertida de Marzocchi, con barras de 50 mm, a la que se ha unido un amortiguador diseñado especialmente para la GranSasso por Extreme Tech. Ambos trenes, totalmente regulables, actúan sobre unas preciosas llantas de radios Alpina, tipo tubeless, con medidas: 110/80 19 delante y 180/55 17 detrás, calzadas con unos neumáticos Continental TKC70.
Breva 1100
No ha corrido la misma suerte el contundente motor de 102 cv de potencia de la Stelvio, que ha sido sustituido por otro proveniente de una Breva 1100, sacrificando prestaciones por peso.
Pero además de la reducción de peso, detrás de la elección de este motor de dos válvulas por cilindro está el amor incondicional que siente Filippo por este tipo de propulsores. Unos motores que, según él, unen simplicidad mecánica y electrónica con una absoluta fiabilidad. Además de estar despojados de “esos aderezos modernos” que tan poco le gustan; y emitir un sonido inigualable, esta vez afinado por un escape homologado creado exprofeso por Mass.
Las cifras de este bicilíndrico en V transversal son: 86 caballos de potencia y un par motor de 89 Nm, suficiente para las aspiraciones de esta moto, a lo que hay que sumar virtudes como su menor ruido mecánico, que se calienta bastante menos y que no es tan complejo como el ocho válvulas, ventajas importantes a la hora de emprender largos viajes que incluyan el fuera pista.
Gran Sasso
Una vez vista la parte ciclo fijémonos en su carrocería. De ella destaca su gran depósito de gasolina, idóneo para viajar. Está fabricado en aluminio y lo componen un tanque central y dos cubiertas laterales, que se pueden reemplazar en caso de accidente. Tras él se encuentra un sillín ajustable en altura de liberación rápida, que monta una tapa trasera de aluminio, bajo la cual hay un traje de lluvia y un kit de herramientas. Esta tapa puede reemplazarse por un asiento para el pasajero o una bolsa. Más habitáculos tenemos tras las cubiertas laterales de fibra de carbono, donde se pueden guardar herramientas o piezas de repuesto.
Volviendo al frontal, encontramos un guardabarros alto, o “pico”, de plástico, con su punta de aluminio para evitar roturas, y sobre él un pequeño carenado ajustable, también de aluminio, que se puede reemplazar por una versión, con parabrisas de plexiglás, que ofrece mayor protección. Debemos destacar que su faro no es de LED, para facilitar la sustitución de su bombilla y por ser más ligero. El mismo principio se ha seguido en la parte trasera, aunque aquí, por seguridad, se ha decidido duplicarlo, incluyendo una segunda luz de stop de LED. Por último, dos focos adicionales de LED de bajo voltaje completan la iluminación.
Artesanía y conclusiones
Además del carenado completo, las hábiles manos del Sr. Barbacane han creado mediante CNC los reposapiés ajustables; las torretas del manillar; los protectores del motor; y la barra de reacción de cardan. A lo que habría que sumar otras piezas de aluminio como los protectores de horquilla y manos, tan importantes en el off-road; y unos soportes traseros removibles para el montaje de bolsas blandas o rígidas. Un gran trabajo que no hace más que reafirmar porque es uno de los especialistas mundiales en la transformación de Moto Guzzi´s
Por último y para acabar este viaje, deciros que su nombre: Gran Sasso, es un homenaje de Filippo a una de sus montañas preferidas, la más alta de los Apeninos, una bonita mole de piedra enclavada en un no menos espectacular parque nacional, con una carretera que lo cruza de lado a lado, una perfecta excusa para comenzar un gran viaje… ¿Te animas?