RSD MV AGUSTA DRAGSTER

¿NOSTALGIA O GAMBERRADA?

Foto 09 RSD MV Agusta Dragster

Con esta nueva transformación de una deportiva europea, Roland Sands vuelve a ponerse en la picota. Por un lado, atrayendo las críticas de los más puretas; y por otro, recibiendo las alabanzas de sus seguidores. ¿Dónde estás tú? Si no lo tienes claro, conoce con nosotros la espectacular RSD MV Agusta Dragster.

Fotos: Jose Gallina

Foto 08 RSD MV Agusta Dragster

Como bien sabréis muchos de vosotros, al bueno de Roland no le tiembla el pulso a la hora de meter la radial a motos de mucha enjundia. Por sus afiladas manos han pasado motos de MotoGp, como una KR del Team Roberts; Ducatis pata negra, como una Desmosedici o un Superleggera; o la MV Agusta que hoy nos ocupa. Sea como fuere, esto forma parte de su halo de genio. Una denominación que no todos comparten, pero que otros muchos defendemos por su importante aportación al mundo de las transformaciones.

Foto 04 RSD MV Agusta Dragster

Dragster 800 RR

Como os avanzamos, la moto donante para este proyecto ha sido una MV Agusta. Más concretamente una Brutale 800 RR de 2015. Una exquisita naked deportiva, nacida de la pluma de Adrian Morton, que supuso la llegada de una versión más “cool” de la eficiente Brutale. Este bellezón italiano, como el resto de las MV Agusta, monta un chasis mixto que combina una sección delantera multitubular y una trasera formada por dos pletinas de aluminio. Junto a este cuadro, un precioso basculante monobrazo; y una horquilla invertida Marzocchi, con barras de 43 mm de diámetro, completan a grandes rasgos su parte ciclo.

Foto 05 RSD MV Agusta Dragster

En cuanto al motor, se trata de la versión de 798 cc del aclamado tricilíndrico con cigüeñal contrarrotante. Un propulsor, gestionado por el sistema integrado de encendido-inyección MVICS 2.0, que en este modelo entrega 140 CV de potencia, a 13.100 vueltas; con un par 86 Nm.

Cambio de estilo

Para empezar con la descripción de los cambios realizados en esta moto, hay que tener en cuenta el fin último de esta transformación. Con la RSD MV Agusta Dragster, Roland Sands buscaba hacer un guiño a la época dorada de las motos de carreras de esta mítica marca. Por lo tanto, la idea era dar a la moto una ergonomía más deportiva, pero a la vez más plana, como se estilaba en los años 60 y 70.

Foto 01 RSD MV Agusta Dragster

Para conseguirlo, por un lado, se montó una nueva tija, con triple anclaje en la sección inferior, tomada del catálogo de CNC Racing; acompañada de un juego de semi-manillares, donde se instalaron unos elegantes mandos Roland Sands, con bomba radial para el freno delantero. Y por otro, se creó a mano un nuevo subchasis más plano, hecho con tubos cónicos de acero al cromo-molibdeno, similares a los usados en las bicicletas de BMX.

Foto 07 RSD MV Agusta Dragster

Ciclo menos… “cool”

Antes os decíamos que la Dragster era una Brutale más “cool”. Aunque esto sea mucho simplificar. Sin embargo, para esta transformación, algunos de los detalles que apoyan esta afirmación han sido sustituidos. Ejemplos de ello son: su escueto subchasis, que ya hemos visto; o sus llantas de radios Kineo. Que han dado paso a unas de aleación forjadas artesanalmente de RSD, en las que se aprovecharon las medidas de los bujes de las originales. Tampoco sobrevivió el color rojo anodizado de la horquilla, que se convirtió en negro tras pasar por las manos del especialista americano GP Suspension, que se encargó también de proveer unos cartuchos nuevos.

Foto 06 RSD MV Agusta Dragster

Carrocería artesanal de aluminio

Siguiendo con el guión establecido, se fabricó artesanalmente una carrocería de aspecto deportivo/añejo. Esta fue modelada en aluminio manteniendo una línea plana desde el depósito de gasolina hasta el colín, solo interrumpida por un fabuloso asiento en cuero negro y gamuza, obra de Bitchin Rich. Un exquisito trabajo de chapa, donde destaca un prominente tapón de gasolina doble, de llenado rápido, proveniente del mundo de las carreras de resistencia. Una nota discordante con ese aspecto de moto de carreras de los 60/70 a la que se suma una pequeña cúpula, hecha también en aluminio, de estética caferacer. Completada con una eficiente óptica redonda con tecnología LED.

Foto 03 RSD MV Agusta Dragster

Siguiendo con la carrocería, para cubrir tan magno trabajo de artesanía, se optó por una combinación de franjas en Cerakote “Blue Titanium H-185” sobre una base de blanco cáscara de huevo, realizado por Chris Woods, de Airtrix. Una librea que combina a la perfección con el color usado en el bastidor, las llantas y el subchasis, que no es otro que el mismo tono de azul, esta vez aplicado por Specialized Coatings.

Detalles deportivos y conclusiones

Para acabar, vamos a fijarnos en tres buenos detalles incluidos en la RSD MV Agusta Dragster, que dejan claras sus intenciones deportivas. El primero es el sistema de escape: un trabajo artesanal de la firma italiana Zard, que incluye colectores y silencioso, todo ello hecho en titanio. El segundo, son las pinzas de freno delanteras: unas potentes Brembo GP4 con pistones de 32 mm; y revestimiento en níquel, proveniente de MotoGP. Y, por último, unos neumáticos Dunlop Sportmax Q4, diseñados especialmente para circuito, pero aptos para su uso en calle, con los que se consigue ángulos de inclinación de hasta 62 grados.

Foto 02 RSD MV Agusta Dragster

En conclusión, un nuevo atrevimiento de Roland Sands, que combina a la perfección modernidad, efectividad, tradición… y ¿Por qué no? Un poco de su característica irreverencia.