Desde Francia, nos llega una versión, en serie limitada, de la admirada Triumph Thruxton 1200 R. Una moto de nombre: Bad Winners Zero Gravity 2.0, que viste en fibra de carbono a este icono caferacer, apostando por la ligereza y las prestaciones como receta maestra.
Triumph Thruxton 1200 R
Como os adelantábamos, la Bad Winners Zero Gravity 2.0 es una transformación de una Triumph Thruxton de la que solo se van a fabricar 25 unidades. Unas motos que tendrán un precio de casi 30.000 euros; y que dispondrán de la garantía oficial de dos años que la marca inglesa aplica a sus motos nuevas.
No es la primera vez que los chicos de Bad Winners trabajan sobre una Thruxton, hace unos años, lanzaban la primera versión de su Zero Gravity, sobre la base de un modelo de carburación. Una moto que ha transmitido buena parte de su carga genética al nuevo modelo 2.0, como también ha hecho Triumph con su caferacer a lo largo de estos últimos años.
Prestaciones
Si bien, la Thruxton 1200 R ya es toda una referencia entre las neo-clásicas, siempre se puede mejorar algo. Eso han pensado en su pequeño taller parisino Walid Ben Lamine, alma mater de Bad Winners, y sus compinches. Para ello, han acudido a algunas de las marcas más reconocidas del sector. Como Dynojet, que ha proporcionado su conocido dispositivo Power Commander V, con el que personalizar la inyección electrónica de esta moto; y la italiana Free Spirits, que se ha encargado del filtro de aire, ofreciendo uno de alto flujo.
En consonancia con estas mejoras, se ha actuado en el sistema de escape, incorporando un kit para suprimir el sistema EVAP y la sonda Lambda; unos colectores dos en uno formados por Termignoni; y como remate una silencioso SC Project.
Fibra de carbono
Una vez vistas las mejoras aplicadas en el propulsor, pasemos a la otra variable de la ecuación peso/potencia. Una de las grandes virtudes de Bad Winners es su conocimiento de la fibra de carbono, un material que usan profusamente en la mayoría de los kits “Plug & Play” que ofrecen en su catálogo. En el caso de la Zero Gravity 2.0, se monta una carrocería hecha en su totalidad de fibra de carbono. Tanto el redondeado depósito gasolina como su coqueto colín monoplaza se aprovechan de la ligereza que ofrece este material, que además también aparece en sus exquisitas llantas Dymag CA5… toda una pasada de ruedas. Debemos recordaros que la moto se ofrece pintada al polvo en color blanco, dejando unas bandas descubiertas por las que ver la belleza de esta fibra, y por supuesto todo debidamente lacado.
Electricidad & iluminación
Siguiendo con la estricta dieta aplicada a esta inglesa de buenos modales, uno de los elementos donde más fácilmente se puede reducir peso en una moto es en su batería. En el caso de Bad Winners Zero Gravity 2.0, la opción tomada ha sido la instalación de una ligera Antigravity 8 CELL Small Case, de litio. Una de las baterías más compactas y ligeras del mercado; y una de las favoritas entre los transformadores por su facilidad de instalación. Junto a ella, siempre dentro de la parte eléctrica, encontramos una instrumentación 100% TFT, elegantemente integrada en la tija superior; y unas minimalistas botoneras Motone Customs.
En cuanto a la iluminación, se ha contado con la firma alemana Koso, que además de la minúscula luz trasera, proporciona una eficiente óptica delantera, modelo Thunderbolt, que ha sido envuelta en una carcasa de fibra de carbono fabricada también por Bad Winners.
Algunos detalles
Para acabar con este post sobre la Bad Winners Zero Gravity 2.0 nos vamos a fijar en un par de detalles que van incluidos en el precio y nos han gustado especialmente. Uno de ellos es su asiento de cuero, con un patrón de costuras en espiga muy chulo; y el otro, es la presencia de unos semi-manillares Renthal, con sus correspondientes puños, toda una garantía de calidad.
