La Triumph Speed Twin se sitúa en la parte alta de la gama Modern Classics de la firma británica. Una moto que combina el reconocible ADN de las Bonneville con un potente motor similar al montado en las Thruxton.
Durante una semana pusimos a prueba a la Triumph Speed Twin 1200. Circulando por carreteras de montaña, autopistas y por el congestionado tráfico de la ciudad de Madrid. Solo y acompañado, buscando ese equilibrio entre neoclásica y roadster moderna que nos prometen desde Hinckley… ¿Será cierto?
A veces me sorprendo a mí mismo con la emoción que me da probar un nuevo modelo de moto. En este caso, era uno al que tenía muchas ganas de echarle el guante tras las buenísimas impresiones que me dejo la Thruxton. Una moto con la que comparte muchas similitudes pero con evidentes diferencias, apostando la Speed Twin por una apariencia más setentera y un uso más polivalente.
Cuestión de equilibrio
Una de las características diferenciadoras de la Speed Twin es el uso de un manillar plano, que permite llevar una posición más erguida y cómoda sobre la moto a la hora de tomar curvas. Esto es especialmente evidente en el momento que te metes en un puerto de montaña, donde gracias a su eficaz parte ciclo, más propia de una roadster moderna, te olvidas de que vas en una moto vintage.
Os mencionábamos la parte ciclo de la Speed Twin, y es que en Triumph han hecho un gran trabajo en este apartado, ofreciendo un tacto seguro y dinámico que incita a buscar los límites. Está compuesta por un cuadro doble cuna con tubos de acero, específico para el modelo; apoyado por un basculante de aleación de aluminio; sobre el que actúan dos amortiguadores, regulables en precarga, montados a ambos lados. Para el tren delantero la opción ha sido una horquilla convencional con barras de 41 mm de diámetro, donde se alojan dos contundentes pinzas radiales Brembo de cuatro pistones. En cuanto a las ruedas, se han combinado unas llantas de aleación de siete palos y 17 pulgadas; con neumáticos Pirelli Diablo Rosso III.
Carreteras de montaña
Volviendo a la prueba, la sensación que trasmite la Speed Twin, en cuanto la carretera se retuerce, es de ir sobre otro tipo de moto, no en una neo-clásica. Quizás en una naked deportiva de media cilindrada, pero con mucho más par. Esta combinación genera un alto grado de confianza y facilidad de uso, que como os decíamos, incita a buscar los límites, lo que está bien siempre que tengamos en cuenta que esta moto no es una superbike y sus suspensiones tampoco, especialmente la horquilla delantera que sufre en estas situaciones de uso deportivo intenso.
Teniendo todo esto en cuenta, la Speed Twin permite enlazar curvas sin apenas cambiar marchas, disfrutando del amable y sencillo carácter del bicilíndrico en paralelo “High Power” de 1.200 cc de esta Triumph. Que reparte sus 97 caballos de potencia máxima en una curva muy suave, que evita sustos a los más fogosos sin perder un ápice de contundencia. Lo que unido a un par motor de 112 Nm permite cómodas recuperaciones a la salida de las curvas más cerradas.
Autopistas
Una de las ventajas que llegó ya hace algunos años con la electrónica aplicada a las dos ruedas es poder disfrutar de distintos modos de conducción. La Triumph Speed Twin, como moto de alta gama que es, dispone de tres modos (Sport, Road y Rain) que actúan sobre el Ride by Wire del acelerador, sobre el control de tracción y el ABS. Esto permite adaptar el carácter del motor y los sistemas de seguridad a las circunstancias de la carretera. Por suerte, no tuvimos que usar el Rain, pero sí los otros dos, que sus propios nombres los describen perfectamente.
Una vez que habíamos disfrutado de las curvas, donde el modo Sport fue el protagonista, decidimos hacerle algunos kilómetros en vías rápidas con el más prudente Road. Con este modo, pudimos comprobar el correcto consumo que tiene esta inglesa. Entre los 100 y 120 Km/hora, la instrumentación nos indicaba consumos en la horquilla de los 4 y 4,5 litros. Lo cual, unido al tamaño de su depósito (14,5 litros) permite largos enlaces. Hemos mencionado la instrumentación, sin duda una de las virtudes de esta moto, que es capaz de combinar elegantemente dos clásicas esferas analógicas, con la gran cantidad de datos que aparecen en una pantalla digital, fácilmente personalizable a través de la botonera del manillar.
Otro punto a favor de la Speed Twin como moto rutera es su iluminación a base de LED´s, completada con un faro con tecnología DRL, unos elementos básicos para lanzarse a hacer kilómetros. Pero no todo iba a ser de color rosa en las autopistas. Como era de esperar en una moto donde la belleza y la fidelidad al pasado son primordiales, la protección aerodinámica es deficiente. Su cómoda posición de conducción, con el manillar plano y estrecho; los reposapiés, bien situados; y su asiento plano no evitan que la falta de protección mine nuestro cuello en cuanto queremos superar los límites de velocidad legales o el viento hace presencia. Pero quién esperaba lo contrario… yo no, una cosa es polivalencia y otra ingenuidad.
Accesible
Una de las cosas que más me ha llamado la atención de la Triumph Speed Twin es lo ligera que se siente. No es que sea una peso pluma, sus 196 Kg de peso en seco no son para echarlos a la espalda, pero sí que se notan los 10 kilos de menos respecto a su hermana la Thruxton, quizás también por el manillar. Además, sus contenidas cotas, con una altura de asiento de tan solo 807 mm; y una distancia entre ejes de 1.430 mm la hacen realmente ágil y accesible para cualquier talla de conductor.
Tráfico urbano
Como no podía ser de otra manera, decidimos que el sitio idóneo para comprobar esta agilidad era la ciudad y que mejor lugar que Madrid en hora punta. No es que se disfrute en un entorno como este, pero por lo menos no sufres más de lo debido. La Speed Twin es realmente intuitiva en los movimientos entre coches, con una mirada y un gesto estás donde quieres. Esto parece fácil, pero no es una cualidad muy extendida entre la neo-clásicas, donde su exceso de carga estética a veces las convierte en auténticos potros de tortura en estos ambientes. En cambio, la moto que hoy nos ocupa es todo lo contrario, rápida y muy maniobrable… teniendo siempre en cuenta que no es un scooter.
Otros detalles que potencian la faceta urbana de la Speed Twin y que no debemos olvidar, son su práctica toma de corriente USB, imprescindible ante la actual dependencia que tenemos de los dispositivos móviles; y su inmovilizador, con transponder en la llave, muy útil, especialmente si tenemos en cuenta que no hay sitio para un antirrobo debajo del asiento.
Acompañado
Una de las cosas a valorar en una moto polivalente y en la que la estética cuenta mucho, es la capacidad de uso compartido. En este punto podemos decir que la Triumph Speed Twin es una moto bastante cómoda para el pasajero. No ofrece los niveles de confort de una gran turística, pero su asiento plano es lo suficientemente largo como para acoger a un acompañante sin tener que ir los dos apretados. Además, su anchura y mullido están muy logrados haciendo agradable esa faceta tan olvidada últimamente de disfrutar la moto en compañía.
Antes, mencionábamos la estética, y es que una moto así, también se disfruta dejándote ver con ella, y si es acompañado mejor. Ya sea yendo a tomar el aperitivo, tomar un café o dando un paseo, esta británica permite hacerlo con tu pareja sin poner en peligro la relación.
Neo-clásica versus Roadster
Salvando el hándicap que supone su deficiente aerodinámica, en lo que al conductor se refiere, esta moto cumple holgadamente lo que se espera de una roadster moderna. Evidentemente, no llega a las prestaciones de una naked deportiva de gran cilindrada, pero tiene suficiente pegada como para disfrutar como un enano de una revirada carretera de montaña. Es verdad que anteriormente nos quejábamos de la horquilla delantera, pero hay que forzarla mucho para notarlo. Además, no debemos olvidar que estamos ante una neoclásica, en la cual, debido a la calidad de sus acabados, la contención de costes se debe repartir entre otros elementos.
Buena inversión
Por último, también queremos hacer hincapié en la ventaja que supone a nivel inversión una moto de este tipo respecto a una roadster moderna. Obviamente, comparada con una de estas, tenemos en el mercado opciones más baratas y solventes, pero la Triumph Speed Twin ofrece a cambio una estética elegante y atemporal, que a medio y largo plazo tendrá un mejor precio de reventa y mantendrá una mejor imagen con el paso del tiempo. Resumiendo, una moto que consigue un excelente equilibrio entre estética vintage y usabilidad.
Principales Características
- Precio: 13.200 €
- Motor: Bicilíndrico paralelo, 8 válvulas SOHC y refrigeración líquida
- Cilindrada: 1.200 cc
- Sistema de escape: 2 en 2, con silenciosos de acero inoxidable cepillado
- Potencia max.: 97 CV a 6.750 rpm
- Par motor max.: 112 Nm a 4.950 rpm
- Chasis: Cuna de acero de estructura tubular
- Basculante: Doble brazo de aluminio
- Suspensión delantera: Horquilla con barras de 41 mm y 120 mm de recorrido
- Suspensión trasera: Doble amortiguador ajustable en precarga y 120 mm de recorrido
- Llanta delantera: Aleación de aluminio de siete brazos, 3.5″ X 17″
- Neumático delantero: 120/70 ZR 17
- Llanta trasera: Aleación de aluminio de siete brazos, 5.0″ X 17″
- Neumático trasero: 160/60 ZR 17
- Freno delantero: 2 pinzas radiales de 4 pistones con discos de 305 mm
- Freno trasero: Pinza axial de 2 pistones con disco de 220 mm
- Distancia entre ejes: 1.430 mm
- Altura del asiento: 807 mm
- Peso en seco: 196 kg
- Capacidad depósito de gasolina: 14,5 L