La nueva Norton V4CR es una naked deportiva de alta gama, con la que esta mítica marca inglesa ofrece un producto exclusivo y eficiente. Una moto solo apta para los paladares más exquisitos y adinerados, de la que se van a comercializar 200 unidades a 41.999 £.
Todos aquellos a los que nos gustan las motos deportivas y la tradición que en este segmento tienen las Islas Británicas, conocemos muy bien el papel desarrollado por Norton a lo largo de su historia. Es verdad que quedan muy lejos los triunfos de esta en el TT Man, donde dominó durante los años cincuenta del siglo pasado, cuando esta prueba formaba parte del calendario del Mundial de Motociclismo, pero la tenacidad de los caferacers ingleses, con la creación de esta pseudocultura, le dio una segunda oportunidad, permitiendo mantener vivo ese halo a moto de carreras que tan bien define a esta marca.
TVS Motor Company
Retomando el tema del pasado de Norton, debemos mencionar que esta, como la mayoría de las marcas de motocicletas inglesas, sufrió de manera muy aguda la crisis energética de principios de los setenta. Esto, unido a la llegada durante la década anterior de los fabricantes japoneses y el crecimiento de la industria italiana, convirtió el devenir de Norton en un auténtico tobogán de cierres, bancarrotas y reaperturas, que darían para un libro… de los buenos, por cierto. Hoy, gracias al paraguas del gigante indio TVS Motor Company, parece que la estabilidad ha llegado para quedarse. Apostando por la fabricación artesanal de motos de alta gama, que permitan cuadrar las cuentas y por ende la subsistencia de este auténtico icono del motociclismo. Pero dejemos el pasado para otra ocasión y centrémonos en esta preciosidad.
Pulido a espejo
Para empezar, vamos a fijarnos en la exquisita parte ciclo de la Norton V4CR. En ella encontramos un chasis de tipo doble viga, fabricado con tubos de aluminio y refuerzos hecho mediante control numérico (CNC), que han sido soldados artesanalmente con TIG en las instalaciones de la marca. De este destacan su acabado pulido a espejo y su geometría variable. Que incluyen al ángulo de dirección y el punto de pivote del basculante, siendo este último, un monobrazo también de aluminio, con sistema de bieletas.
Sobre este cuadro, actúa un equipo de suspensiones Öhlins, totalmente regulable, compuesto por un amortiguador TTXGP, ajustado específicamente para este modelo; una horquilla NIX30, con barras 43 mm de diámetro; y un amortiguador de dirección, también de origen sueco. Junto a este impresionante equipo, Norton Motorcycles ofrece dos opciones de llantas, dependiendo del acabado de carrocería por el que se decida su propietario. Así, si se opta por dejar el carbono a vista, las elegidas serán unas BST (Black Stone Tek) Rapid TeK, de fibra de carbono. En cambio, si el elegido es el nostálgico Manx Platinum, estas serán unas OZ Racing modelo Piega… difícil elección.
En cuanto a los frenos, como no podía ser de otra manera, el proveedor es Brembo. Con una combinación en el tren delantero de dos discos flotantes de 330 mm y pinzas radiales monobloque, accionadas por una bomba radial del mismo fabricante. Y detrás, un disco de 245 mm, para pinza axial de un pistón… Pasemos ahora a su propulsor.
4 en “V”
El motor de la Norton V4CR es el mismo cuatro cilindros en V que equipa la superbikes de la casa, la V4SV. Un propulsor similar al que se montaba en la etapa de Stuart Gardner, pero que con la llegada de TVS Motor Company ha sido totalmente revisado para alcanzar los estándares de calidad y fiabilidad exigibles a una moto de estas características.
Como os decía, es un V4 de 1.200 cc, con sus cilindros calados a 72 grados, con válvulas de titanio y un diámetro/carrera de 82 x 56,8 mm. Un motor que es capaz de entregar 185 caballos de potencia, a 12.000 giros; con un par motor máximo de 125 Nm a 3.000 vueltas menos (9.000 rpm). Además, como mandan los cánones, viene acompañado de una electrónica de primer nivel que gira alrededor de una unidad de medición inercial (IMU) de seis ejes. Que proporciona los datos necesarios a los sistemas de control de tracción, ABS, anti-caballitos, acelerador electrónico, etc. Todo ello, se traduce en tres modos de conducción (Wet, Road y Sport), a los que se unen un sistema de cambio rápido (Quick-Shift), el embrague antirrevote y un cómodo encendido sin llave con bloqueo de la dirección.
Fibra de Carbono
Para ir acabando vamos a centrarnos en su carrocería y en algunos detalles. La primera, con sus sinuosas líneas y colín de infarto, está fabricada totalmente en fibra de carbono. Mismo material que se ha usado para el depósito de gasolina, con capacidad para 15 litros, donde se han incluido unos refuerzos en Kevlar para mejorar su resistencia. Sobre su decoración, como os decíamos antes, desde Norton nos ofrecen dos opciones: dejar el carbono a la vista; o cubrirlo en un bonito color plateado, denominado Manx Platinum, que se acompaña de un impresionante asiento de cuero en color naranja pálido.
Sobre los detalles que nos han gustado especialmente, debemos destacar los reposapiés, que, si bien no son ajustables son realmente bonitos: también el uso de semi-manillares, cada vez menos frecuente entre las naked deportivas; su iluminación LED, con ese clásico faro redondo y el minimalismo de sus intermitentes y luz trasera; y, por último, su pantalla de 6 pulgadas a todo color, escondida tras una pequeña cúpula. Sin duda, detalles de buen gusto que no hacen más que aumentar la exclusividad y calidad del conjunto.