Tras muchos meses de especulación, la nueva Harley Davidson Sportster S ha sido presentada. Una moto que viene a relevar al modelo más longevo de la MoCo. Una difícil tarea para la que va a contar con un moderno motor de 122 caballos; una eficaz parte ciclo; y un auténtico arsenal tecnológico… ¿Lo conseguirá?
Revolution Max 1250…T
La primera gran arma con la que cuenta la nueva Harley Davidson Sportster S para volver a conquistar el mercado es su motor. Solo hace falta fijarse en el nombre de este modelo para darse uno cuenta que cuando apareció hace 60 años sus intenciones eran claramente deportivas y que con el tiempo su actitud fue dulcificándose, quizás en exceso.
Revolution Max 1250T, es la denominación que da Harley Davidson al propulsor que equipa esta moto. Una adaptación del montado en la Pan America, que hace un mayor hincapié en la entrega de par a bajo régimen, manteniendo una curva potencia plana y constante. Como en el caso del modelo Adventure, se trata de un bicilíndrico en V a 60º, con doble árbol de levas en cabeza (DOHC), cuatro válvulas por cilindro con sincronización variable (VVT) y refrigeración líquida. Todo ello para alcanzar unos contundentes 122 caballos de potencia, a 7.500 vueltas; y un par de 127,4 Nm a tan solo 6.000 rpm.
Adiós al doble cuna
Una de las características de la mayoría de las Harley y por tanto de las Sportster ha sido el uso de un chasis doble cuna. Con la llegada de la nueva Sportster S esto cambia, apostando por una combinación de tres secciones (delantera, central y trasera) que usan al motor como elemento estructural. Una solución inédita en la marca americana que se traduce en un marco rígido y ligero con el que transmitir un carácter más dinámico.
En este mismo sentido, tanto las suspensiones como frenos y ruedas siguen el mismo camino. Encontrando en el tren delantero una horquilla invertida pluri-regulable, con barras de 43 mm, firmada por Showa; a la que acompaña un amortiguador, también ajustable, del mismo fabricante, que actúa sobre un largo basculante multitubular. Unas eficaces suspensiones que se conectan al asfalto mediante dos ruedas con llantas de aluminio, de 17 y 16 pulgadas; calzadas con unos grandes neumáticos Dunlop/Harley-Davidson GT503, de medidas: 160/70 y 180/70; y a las que tendrán que detener una pinza radial monobloque de cuatro pistones y una axial de uno, ambas de Brembo.
Mucha tecnología
Antes os mencionábamos el arsenal tecnológico con el que cuenta la nueva Harley Davidson Sportster S, un derroche en sistemas de seguridad y conectividad, muchos de ellos heredados de los modelos touring de la marca. El más destacable es el Cornering Rider Safety Enhancements, que gracias al uso de una plataforma inercial (IMU), agrupa a los distintos sistemas de asistencia y seguridad donde la inclinación de la moto es un factor a tener en cuenta. Entre ellos tenemos: el C-ABS, de antibloqueo de frenos; el C-TCS, de control de tracción; y el C-DSCS, de freno motor.
Junto a estos sistemas, encontramos los archiconocidos modos de conducción, que en este caso son tres prestablecidos: Road, Sport y Rain, a los que se unen otros dos personalizables, denominados Custom; y el menos común sistema de control de presión de los neumáticos, solo visto en motos de alta gama, lo que nos da muestra de las intenciones de la MoCo con esta nueva Sportster.
Multimedia y conectividad
Retomando el tema tecnológico de esta moto, vamos a detenernos un momento en su moderna instrumentación TFT, de sección circular, y lo que nos ofrece. Para empezar, tenemos la clásica información que todo el mundo espera: odómetro, cuentarrevoluciones, testigos e indicadores varios. Junto a estos y accesibles mediante las piñas del manillar, podemos acceder a información más detallada del estado del vehículo como la presión de los neumáticos y aceite o la temperatura del motor; y gracias a la tecnología Bluetooth, también a nuestro smartphone. Esta última opción nos permitirá oír música o atender llamadas de teléfono, siempre mediante auriculares; y utilizar el navegador que nos ofrece la App de Harley Davidson. Sin duda una instrumentación que ayudará la Sportster S a llegar al público más joven y conectado.
Accesorios, al gusto del consumidor
Como buena Harley, junto al lanzamiento de la moto en sí, ya se han propuesto varios accesorios o piezas para customizarla. Todos ellos bastante necesarios según sea la realidad del comprador. Especialmente útiles son los kits de reposapiés y asiento para el pasajero, son muchos los que disfrutan de la moto en pareja. También se hace imprescindible, si vamos a sacarle todo el potencial a su motor, el parabrisas desmontable, que nos evitará acabar con el cuello dolorido. Por último, la bolsa trasera y los mandos intermedios son más del gusto del consumidor. Frente a la primera hay muchas más opciones en el mercado, aunque menos chulas; y de los segundos… yo no dudaría un minuto en instalarlos.
Un peldaño por encima
Para el final he dejado el aspecto estético de esta auténtica novedad en el catálogo de Harley Davidson. Según los responsables de su diseño, su aspecto combina dos realidades de la historia de este modelo, la más clásica con ese aspecto “gordo” de su frontal, que recuerda a los bobber de antaño; y su herencia deportiva, encarnada en las XR750 de Flat-track, claramente visible en su parte trasera. Sea como fuere, a pesar de la nostalgia que nos genera la versión anterior, la verdad es que la nueva Harley Davidson Sportster S es realmente bonita, incluyendo una larga lista de buenos detalles y piezas de calidad, muy alejadas de algunas soluciones “baratas” de las versiones anteriores.
Pero esta mejoría en acabados tiene su lógica. Las Sportster siempre fueron las motos de entrada al universo Harley Davidson, en las que los costes de producción debían ajustarse al máximo. Ahora, la nueva Sportster S, con sus prestaciones y precio (16.800 €), se sitúa un peldaño por encima, a la caza de usuarios con algo más de experiencia, que buscan una opción elegante y moderna, con toda la aureola que ofrece firma de Milwaukee… ¿Será el camino correcto?
