ONE WAY MACHINE GRINGO

ART DECÓ… A DIARIO

Foto 04 One Way Machine Gringo

La One Way Machine Gringo es un buen ejemplo del principio del diseño funcionalista: “form follows function”. Una elegante y bien ejecutada transformación de un Softail de Harley Davidson, que cumple con nota la función para la que ha sido creada: ser usada a diario.

Foto 08 One Way Machine Gringo

Form follows function

Es interesante ver a Julian Von Oheimb fabricando una moto como la One Way Machine Gringo. Este constructor alemán atesora fama mundial creando auténticas obras de arte, con las que ha ganado numerosos galardones. Motos que incluyen innumerables horas de trabajo y que se sitúan muy lejos de los bolsillos de la mayoría de los aficionados. El caso de la Gringo es distinto, ya que, sin desmerecer a toda su trayectoria, es un producto más funcional, en el que el objetivo era hacer una moto para ser usada a diario y que incluyera toda la magia de OWM.

Foto 07 One Way Machine Gringo

Softail / Twin Cam 88

La moto que ha servido de lienzo para la One Way Machine Gringo es una Harley Davidson de 2006. Un cruiser de la MoCo del que se ha mantenido prácticamente intacto su bicilíndrico Twin Cam de 1.450 CC y su chasis Softail. Salvo el lógico desmontaje y saneado completo de la moto; y algunos detalles que os vamos a describir.

Foto 01 One Way Machine Gringo

Para empezar, el propulsor se ha cubierto de color negro y a nivel estético ha recibido un juego de tapas, de aluminio pulido, de la colección Scallop de Performance Machine. Entre ellas encontramos la del árbol de levas, las de los cilindros, el embrague, la Derby y la de inspección de la primaria. Ya en el apartado de prestaciones, llama especialmente la atención su sistema de escape. Una adaptación del propio Julian de unos colectores Xzotic y un silenciador de origen italiano, MCJ, todo ello en negro mate. Por último, un filtro de aire abierto, para aumentar el flujo; una secundaria de cadena; y un sistema de embrague hidráulico de RSD (Roland Sands Design), completan este apartado.

Foto 06 One Way Machine Gringo

Un poco de magia

Antes mencionábamos la magia que emanan los trabajos de OWM. Esta se basa en combinar detalles Art Decó con un minimalismo extremo, dando como resultado motos con un aire industrial de entreguerras imposible de igualar. Esta vez, Julian ha adaptado un depósito de gasolina de una Simson AWO, una moto de la RDA (República Democrática Alemana) de los cincuenta, en el que ha puesto un tapón y emblemas muy de los “locos” veinte. En consonancia con esta estética tan particular, se han restaurado unas llantas de Harley Davidson de los ochenta, cuya sencillez las han convertido en todo un clásico. Donde han encontrado acomodo unos neumáticos Shinko.

Foto 09 One Way Machine Gringo

Para el frontal, se han montado unas tapas de horquilla en negro, con una cubierta tipo rejilla para la óptica, todo de OWM. Que también se ha encargado de los soportes del velocímetro, un Motogadget; y del manillar, en cuyo extremo izquierdo encontramos uno retrovisor de San Diego Customs. En cuanto a la parte trasera, un guardabarros muy corto de RSD, adaptado para la ocasión; un soporte para la matrícula, fabricado mediante CNC; una discreta iluminación, de Kellermann; y un asiento artesanal, tapizado por VP-Autosattlerei, ponen la guinda.

Foto 05 One Way Machine Gringo

Buenos detalles

Por último, vamos a fijarnos en algunos de los buenos detalles que completan la One Way Machine Gringo. Uno de ellos son sus frenos: unas efectivas pinzas Beringuer de seis pistones, montadas en ambas ruedas. Esta marca francesa proporciona además las bombas del freno delantero y del embrague. También merecen mención sus clásicos mandos avanzados CCE, Custom Chrome Europe; el manillar plano Fehling, en negro; y cómo no, su pintura y acabados, ejecutados por BK Lack GmbH y Schwartz Optical Tuning, respectivamente.

Foto 03 izquierdo One Way Machine Gringo

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